Apenas empieza el joropo
Los resultados de las primarias los tienen locos. Capriles los tiene locos. Los tiene locos el haber recibido ese golpe directo a la mandíbula cuando no estaban preparados.
Lo que han logrado los insultos, epítetos, adjetivos descalificativos, calumnias y todo lo que ha montado el Gobierno, es apuntalar al candidato de la unidad. Todos, en todas partes, hablan de Capriles. «Que hablen de mí, aunque sea bien», como decía Oscar Wilde. Y Capriles tiene como grandísima ventaja que no infunde rabias extremas ni grandes rechazos, de manera que después del 12F mucha más gente se ha interesado en conocerlo más a fondo.
Otra de sus ventajas es que no es un gran orador… Sí, esa es una ventaja en la Venezuela de hoy, en la que la inmensa mayoría de los venezolanos estamos hasta los tequeteques de los discursos largos y sin contenidos y preferimos a alguien como Capriles, que sea parco, y a cambio, de mucha acción.
Mayor ventaja es su bajo nivel de agresividad: ¿hasta cuándo vamos a vivir con este discurso diario de batallas, confrontaciones, peleas, pulverizaciones, demoliciones, frituras en aceite y derrames de ácido muriático? Los venezolanos somos poco conflictivos y la verdad es que nos hace falta alguien que llame a la concordia, a la reconciliación, a la unidad. No creo que ni siquiera quienes portan las armas estén dispuestos a embarcarse en una guerra civil. ¿Es que alguien en su sano juicio quiere engrosar las dantescas cifras de asesinatos?
Si hubiera tenido que apostar hace ocho días sobre quién ganaría las elecciones el 7 de octubre próximo, no hubiera dudado en hacerlo por Hugo Chávez. Hoy mi apuesta sería por Henrique Capriles. La prueba de la fuerza que tiene como adversario es la reacción desbordada de todos los miembros del Gobierno y sus adláteres. Si hubiera sido un triunfo pírrico, un fraude, una victoria de esas escatológicas a las que se refiere el Presidente, no hubieran reaccionado con esa virulencia.
El presidente de la República -intentando hacer otra cosa- se ha transformado en el jefe de campaña de Henrique Capriles Radonski. Mientras más lo insulta, más se encadena, más denuesta, más lo afianza… Pareciera que quien se va a quedar «sin el chivo y sin el mecate» es Chávez.
Veremos cosas aún más interesantes. Ahora es cuándo. Apenas empieza el joropo.