Anti Políticas Públicas
El imperio de la inseguridad en el país, es amparada por las autoridades sin recato alguno. La impunidad con que actúan las bandas armadas, en asaltos y secuestros, a veces conformadas por funcionarios policiales, responde a un plan deliberado con la finalidad de mantener a la población, pero particularmente a la más humilde y numerosa, en un estado de zozobra que la obliga a refugiarse en sus hogares bajo el temor de ser blanco de las luchas por el control de armas, espacios y drogas.
El segundo pilar algo más sutil es el proceso continuo de control en todas las actividades del quehacer nacional con la finalidad que mayor número de personas dependan del gobierno en cuanto a empleo, ingresos, alimentación, salud, educación, vivienda y transporte. Una dependencia aberrante que obliga a los menos favorecidos económicamente a vivir con la mano extendida para recibir los mendrugos que el gobierno entrega a su parecer y capricho. Los problemas de abastecimiento de alimentos, los cortes en el suministro de agua y de energía, el deterioro de la salud, la educación y el transporte público y la falta de viviendas, forman parte de un plan siniestro que siembra pobreza.
El inculcar anti valores, como la corrupción y la viveza, va creando, en la población débil en principios, una perniciosa cultura que apropiarse de lo ajeno no constituye delito. El manejo deshonesto de los dineros públicos que mientras se le niegan a autoridades legítimamente electas o a empresarios deseosos de crear negocios para beneficio popular, se le regala a gobernantes extranjeros con fines geopolíticos. O cuando se permite a funcionarios y amigos del régimen, hacerse multimillonarios, mediante fraudes descarados, son ejemplos nefastos que facilitan el avance del autoritarismo sin frenos morales.