Antes y después del 2013
¿Puede gobernar después de lograr la mayoría de votos? ¿Qué se debe hacer para minimizar riesgos? Estas preguntas seguramente se las habrá planteado el joven y dinámico candidato y su comando de campaña.
Todo indica que sus probabilidades de triunfar son altas, gracias a su estrategia de reconciliación, dentro de un buen programa de gobierno cuyos lineamientos fueron aprobados por amplio consenso. El punto está en que ante un CNE parcializado que permite el abusivo ventajismo oficial y frente a grupos violentos que dificultan el libre voto y hostigan la presencia de testigos y recolección de las actas en Mesas ubicadas en “territorios chavistas”, las probabilidades de triunfo pueden disminuir. Un eventual triunfo de los rojos es poco probable, pero es posible, y sería mortal para la democracia. Ello obliga a reducir riesgos.
A pesar de algunas dudas, la Fuerza Armada reconocerá el triunfo de Capriles y quizá solo se presenten unos pocos hechos de violencia por grupos de fanáticos. El problema no es el reconocimiento y su toma de posesión, sino la gobernabilidad después de enero del 2013, cuando Henrique se encontrará con un ambiente hostil en los otros Poderes del Estado. Desde luego que su triunfo derribará algunos obstáculos, pero la tarea no será sencilla y hay que prever que tenga el mayor apoyo político posible.
Pueden visualizarse dos vías complementarias:1-Tender puentes y 2-Fortalecer el bloque democrático. La primera es muy importante y hay que navegar en ese sentido, con un claro mensaje de que no habrá cacería de brujas y que podemos convivir; aunque confiamos que puedan lograrse acuerdos mínimos, no todo dependerá de la buena voluntad del equipo de Capriles.
La segunda vía sí depende totalmente del Comando Tricolor y de la MUD. La misma implica un reconocimiento de que desplazar a un régimen totalitario no es sencillo y por ello tiene que haber un pacto de transición, como plantea Manuel Felipe Sierra, más allá de los Lineamientos acordados. Un punto necesario, pero no suficiente, es la declinación de Capriles a su legítimo derecho a la reelección. Ciertamente implica desprendimiento por parte del candidato y de Primero Justicia, pero la situación lo amerita. Esta decisión no solo le ganaría muchos votos, sino que le daría un entusiasta apoyo del resto de los actores de la alternativa democrática.
Como en botica: Agradezco que el teniente coronel me haya quitado el derecho a la jubilación que ya tenía aprobado y que mis compañeros de Gente del Petróleo me designaran Coordinador Nacional. Ello me ha permitido conocer, apreciar y a veces rectificar mi opinión sobre algunos venezolanos. Uno de ellos es Pompeyo Márquez, quien el 28 cumple 90 años de muchos aportes para construir un mejor país, algunas equivocaciones y valientes rectificaciones. Larga vida a Santos Yorme ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!