Ante El Nacional se despide la lucidez del gobierno
“En su cerebro no había más que su propio
cuerpo en formato pequeño
(vale decir, sólo pensaba en su figura)”
Georg C. Lichtenberg, 690
(%=Image(6713819,»L»)%)Vivas y mueras prefijados fueron repetidos automáticamente a las puertas de (%=Link(«http://www.el-nacional.com/»,»El Nacional»)%) a tempranas horas de la noche del 07 de enero de 2002. Apenas con el tiempo suficiente para repasar su abecedario, luego de su actuación del sábado a las afueras de la (%=Link(«http://www.asambleanacional.gov.ve/ns/index.asp»,»Asamblea Nacional»)%), un pequeño grupo de habitantes de los márgenes de la racionalidad y la moral democrática, atestiguaron la (%=Link(«http://infonectar.com/nietzsche/nietzsch.htm»,»decadence»)%) que recorre este proceso revolucionario, que no logra sostener sus consignas y, menos aún, la concéntrica estampida que signa sus filas. Este aciago episodio aclara el juego del Presidente Hugo Chávez Frías y los poderes serviles, ávidos de instrucciones para “poner las cosas en su sitio” y palmadas en la espalda: nuestra democracia no es más que el residuo del Terrorismo de Estado desplegado contra los medios de comunicación, iglesia, empresariado, organizaciones sindicales y ¿no lo has notado? Contra tu propia familia. Razón tenía Borges al mencionar que “Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomenten la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de caudillos, vivas y mueras prefijados, muros exornados de nombres, ceremonias unánimes, la mera disciplina usurpando el lugar de la lucidez”.
La locura, siempre armada contra sí misma
Aseguró Miguel Henrique Otero, Director de El Nacional, que “funcionarios públicos, consejales y hasta diputados transportados por el gobierno” protagonizaron estos sucesos, donde se exhibían pancartas de la Brigada 4F, embriagados brujos lanzando conjuros contra el diario matutino y hasta pequeñas rimas escolares que aseguraban que “Miguel Henrique Otero / es sólo un embustero”. La utilización de los dineros públicos para fabricar miedo e intimidación está aniquilando la popularidad del Gobierno, que a cada ¡Boo! Se garantiza desilusión dura entre sus partidarios iniciales, quienes se mudan a los viejos partidos impelidos por una inercia racional, que velozmente marca los bandos en disputa: opositores democráticos versus hostiles chavistas-pseudo nacionalistas que rechazan la democracia y apuestan por una “guerra civil, intestina, del Estado en contra de su propia referencia natural”. Hace meses que en Venezuela se respira un inconfundible aire de transitoriedad, como si todos esperásemos el día en que pudiéramos mudarnos a un sitio mejor.
En formato pequeño
La superlativa palabra de (%=Link(«http://www.venezuela.org.cn/chavez_files/chavezen.htm»,»Hugo Rafael Chávez Frías»)%) produce pequeñísimos hechos, triunfos de lupa anulados ante su (%=Link(«http://www.harcourt.com/dictionary/def/1/5/3/8/153800.html»,»acting out»)%) dominical en Aló Presidente, donde libera sus impulsos y patea la última Constitución junto a la dignidad de generales, ministros, alcaldes, gobernadores y toda la audiencia que amorosa y fóbicamente lo contempla en pantalla. La República de Venezuela se diluye en esta rumba caudillista de saqueo y odio. Tal vez, sea tiempo de rebotarle su boomerang al rostro a estos cantinflescos revolucionarios: que cada conciencia desobedezca educadamente, sin temor pero con cautela, sin sus griteríos pero con nuestros más ensordecedores silencios, el mundo globalizado nos escuchará.