Alfa 75: ¡al frente!
Escucho y escucho y por más que escucho no logro entender. Leo hasta el cansancio y no termino de engranar lo que sucede. Lo que estamos escuchando y oyendo en la frontera Colombo –venezolana es solamente lo que ellos quieren que escuchemos y tengo la certeza de que por detrás, hay una maraña de situaciones que usted y yo no conocemos, así que cualquier análisis de lo que está sucediendo, no nos llevará a ningún lugar.
Un sancocho con muchos componentes se ha venido cocinando en la frontera y eso incluye narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros asentados en Venezuela del componente FARC, guerrilleros también de nuestro lado del territorio, pertenecientes al ELN, grupos de soporte de las fuerzas bolivarianas de liberación, contrabandistas de gasolina, armas, municiones, alimentos, madera, minerales, prostitutas de oficio, mano de obra y cuanta vaina a usted se le ocurra, incluyendo ladrones de bancos, lavadores de dinero, extorsionadores y secuestradores. Todos ellos, conviviendo en una tensión armónica y controlada con una sociedad combinada de venezolanos y colombianos de “bien”, que sabiendo lo que saben, hacen su mirada a un lado, pues todos ellos son muchas veces la fuente de su ingreso y de su progreso. Una frontera viciada, por voluntad de un gobierno y de los pueblos fronterizos, que ha permitido que esto suceda.
Saben más de lo que dicen y saben que los americanos saben también una buena parte de lo que ellos saben. Válido el trabalenguas, para hacerles entender que esto es mucho más profundo y complicado que una simple provocación derribando dos pasarelas a punta de dinamita. Aquí, detrás de esta pantalla de nacionalismo que intenta hacernos ver una posible invasión americana, desde tierras colombianas, hay un parapeto hediondo de hechos, relaciones y perversas maniobras, cuyo fondo tiene implicaciones de gran formato, difíciles de entender a quienes no están manejando este juego, incluyéndome.
Quién me dice a mí que esto no se corresponde con un gran movimiento para terminar dándole soporte a las fuerzas guerrilleras colombianas, que están muy disminuidas bajo el acoso del ejercito o una maniobra para no permitir que los americanos desmonten el negocio de narcotráfico que se maneja en esos lugares. Quién puede negar que esto puede ser una jugada destinada a restarle soporte y anarquizar a Colombia, para intentar una penetración de la izquierda en un país incomodo, atravesado en los intereses de esta marioneta de revolución continental. Esto no lo puede saber usted ni yo, esto lo saben los promotores de esta situación, que amenaza con cambiar el rumbo de nuestra patria, bajo circunstancias de gran escala y con grandes intereses ocultos de por medio. Estaremos en medio de un fuego que no queremos y que no entendemos por que se inició. La historia se encargará de saberlo cuando nuestra generación se haya convertido en polvo.
En cualquiera de los casos, yo no iré al frente de batalla. Quien debería estar en ese frente, es el provocador de oficio perteneciente al contingente alfa 75, el de la promoción Simón Bolívar, que luciendo sus charreteras de comandante, rodilla en tierra, defenderá con su vida y su sangre nuestro territorio patrio, poniendo el plomo en donde pone su desordenada lengua.
