Alérgicos y tinta electoral
Nunca hemos sido alérgicos al voto, siempre hemos pensado que abstenerse es no exponerse, y un alérgico siempre se descubre al capín melao, al polen, a los ácaros, a la policía política, y en esta bolivariana patria a la tinta electoral.
¿Conocen nuestros sapientes rectores del CNE que una dosis de tinta para un alérgico puede ser más letal que una exaltada diputada del proceso en moto sin placas de la reserva?
Para el próximo proceso electoral, los alérgicos no votaremos, no por las captahuellas ni por la dulzura y belleza de nuestras rectoras, sino por el riesgo que para nuestra vida supone un plan republicano que no es alarma para nadie, siempre que UD. sea afecto al gobierno de turno o alérgico certificado como los tantos que electoralmente somos.