Al término del año, cada año, dialogo con el niño Jesús
Al término del año, cada año, dialogo con el niño Jesús. Desde Herodes, el Grande, desgracia grande de reconocerle así, más mucho por su ubicación en el tiempo que así era, porque su corazón ere muy breve, demasiado pequeño y solo sólo cabía en él el miedo, al único verdadero de quien poder tiene, perderlo. Desde ese tiempo y en todos los tiempos que vinieron luego he transitado el mundo sin que se me escape ni uno solo de todos sus linderos. Herodes vive en todos los rincones y dueño es de todos los imperios, desde el rinconcito más chiquito hasta el mas alto cenit de la galaxia a donde llegar pueden sus balas, de mejor modo dicho, su avaricia, su impudicia; testigo soy de eso como ayer era y es hoy, pero se le empequeñeció mucho mas el corazón, a decir la verdad en su exactitud infalible, ya no tiene. Odiar es lo único que sabe hacer, lanzó a la hoguera a Omar Kahyyan, asesinó a Lao Tse, escupió veneno sobre todos los mares y se tragó los bosques y se engulló los ríos secuestró el vuelo al colibrí y manchó de negro el arco iris. Hizo de la muerte, su magna obra, la úrica razón de su vida. Sida, ébola, bombas, hambre, pornografía minas para asesinar niños, terror, son algunas de sus hazañas, menores, las menores. Las mayores carecen de espacio en la palabra, matar una sonrisa, aniquilar un sueño, fundamentalismo, inquisición, purgas son sus mandamientos más propicios.
He transitado mis propios caminos huyendo de este ruído tras la búsqueda la vida sencilla y simple, buena, donde peces y aguas dancen creando vida, el vuelo y las alas se conjuguen, la razón y la fantasía sean una, realidad y sueños armonías sean. Me tropecé con la muerte que, por no ser la mía duele en la densidad de la impotencia resuelta sin salidas en la venganza de una imprecación sin sentido vacía colmada de fuego, por allí he buscado lo que nunca perdí y lo que nunca tuve.
He encontrado la nada en su valor de no ser ni existir y se sonríe conmigo con un dejo de burla piadosa o escepticismo burlón iconoclasta. Y cuando iba tras la sima de mi propio viaje en retroceso, colmado con mi carga de anhelos sin definiciones, fortuna vino a mí, vestida bondad, de belleza, según fueron mis padres, los abuelos, mi hijo Gustavo, en presencia lejana y nunca ausentes, y según son mi mujer mis hijos mis hermanos mis amigos, mis amigos y juntos emprendimos el viaje que no cesa, y entre todos, hemos brindado al dolor una sonrisa, a la tristeza un canto, a la miseria un sueño, colmado hemos la realidad en su tragedia por la verdad sin limites del poema, en la sublimidad de la pintura y la música, en la satisfacción de cada hijo por su orgullo y honra del deber cumplido y la tenacidad en abrirse caminos. Por todo eso, por ellos conmigo y todos a coro podemos decir al Niño Jesús Bienvenido y juntos salir a derrotar a Herodes, a ese que asesina a los niños y al otro el que va dentro de cada ser perverso.
Soñemos y cantemos: Feliz Navidad, Feliz Noche Buena y buenos años vengan. Corramos juntos tras la libertad la bondad y la belleza allí vive la vida son verdad los sueños. Reciban el amor de los míos y el mío y por todos, firmo yo: Américo.