Al mandamás se le fue la cadena del tiempo
Para quienes nunca oyeron la expresión habitual “se le fue la cadena del tiempo” usada cuando el motor del carro de repente se tranca, porque los engranajes se pelan y solo queda orillarse al hombrillo, de donde solo se sale con grúa y diezmando los ahorros, quizá no les cueste nada entender, lo que quiero diagnosticar y pronosticar sobre el frenazo que echó Chávez hace pocos días, después de haber puesto al país en estado de conmoción, tras anuncios y actos belicosos de todo tipo, amenazando con todo su poder arbitrario.
Seguro que le olió a tigre cuando midió que podía desbarrancarse en días, si además de lo del cierre dictatorial de RCTV avanzaba alocadamente contra cadenas de comercialización, banqueros, instituciones internacionales como OEA, FMI, Banco Mundial, grandes compañías, en razzias fascistas al interior de las FFAA, con el telón de fondo ya habitual de desborde del hampa, crecimiento vertiginoso del desabastecimiento, y calamidades de todo tipo.
Alguien debe haberle hecho el favor de decirle: “Hugo, Hugito… lo que viene es candela” y le hizo caso.
El mandamás mantiene la madre de los disparates, el cierre de RCTV, para su “gran batalla contra la burguesía mundial”, pero el estallido y abrupto achicamiento de la base de apoyo del esmirriado PUS, partido único, le dieron la medida de que estaba guindando de la brocha y que se habían llevado la escalera.
Con el tino y percepción del que sabe que viene el tiro en el paredón de fusilamiento, o con la arritmia que debe dar tener solo segundos de vida antes del templón de la soga al cuello, o al momento de quedar guindando; el mandamás comprendió que la clave para sostenerse en el poder, era disminuir de inmediato otra vez, como en 50 anteriores oportunidades, el nivel de confrontación, y entonces anunció que la Reforma Constitucional, su fraude dictatorial, lo aplazaba para 2008.
Ese desmontaje de la escalada hacia la confrontación política, hacia el choque de trenes, ese devolverse del borde del precipicio que lo mandaba al demonio semeja, a esos pendencieros que cuando alguien le toma en serio sus guapetonerías y le aceptan batirse de inmediato, el camorrero de marras dice, que la vaina era jugando.
Descubierto el juego el escenario cambia. No se trata de pelear en cualquier condición, pero sepamos que este gobierno tiene los pies de barro que es un gigantón mofletudo que se caerá con un gran empujón.
Una y mil veces lo repetiré hasta que nos entendamos. No se trata de inventar nada sobre vías inéditas electorales o antielectorales. Se trata de volver a lo que hicimos posible el 11 de Abril de 2002, pero no para ver burlada nuestra gesta, como el 12, con unos chambones que se repartan o disputen el poder entre camarillas.
Si debemos impedir con una insurgencia civil multitudinaria, que la cúpula del poder ejercida por Chávez nos lleve hasta el límite de implantar una sociedad de esclavos a sus designios, debemos plantearnos el dilema de:
O lo paramos, o nos aplasta, con su loza dictatorial militarista y de corruptos autócratas.
O nos pasa por encima o le destruimos su plan. Y esto de destruirle su plan no es ninguna utopía.
Y parece mentira, pero Chávez, que no es pendejo, ya oyó un mar de fondo, porque el se dice conocedor de lo mismo.
Se sintió como un ronquido subterráneo, parecido al que se escuchó el día del terremoto de 1967, e hizo oír al autócrata que la sociedad democrática estaba maldiciéndole por millones.
Si, millones de obstinados, en el límite de su paciencia. Todos aquellos venezolanos que tienen familia y propiedades amenazadas, aunque sean pequeñas, y sobre todo a quienes se les esfuman las esperanzas y de repente empezaron a decir BASTA, paremos a este tipo que invoca su barbarie roja castrista, guerrera, violenta, de racionamientos y confiscaderas, de igualación hacia abajo, mientras su casta de hipócritas magnates gobernantes pretenden quedar impunes, reinando en sus vicios y nadando en privilegios.
Ese run run gigantesco fue el que le aconsejó al mandamás guardar por unos días su furruco y su panoplia de amenazas con hablar golpeado. Pero como no podrá estarse quieto, luego del cierre de RCTV, ya deberemos estar preparados para sus nuevos dislates.
Tenemos la convicción que ya un friíto le corrió por el espinazo al gran terror de los topochales de Sabaneta, cuando habiendo pegado una carrera de adalid, con el grito de guerra de chapulín de “síganme los buenos” de golpe se volteó para ver la avalancha de seguidores y vio solo una estampida de fuga, corriendo en sentido contrario al suyo.
La postergación del debate, que Chávez mismo comenzó, para imponernos su fraude constitucional, solo puede significar que quiere ahora diferir una de las confrontaciones estelares de este año. Porque ya la situación, con lo de RCTV, se le puso color de hormiga.
Si ligaba los dos debates podía perderlos los dos y en la nueva línea de trabajo quiere aplastar primero a RCTV, reinar varios meses en el usufructo de su “Gran Victoria” del cierre y apostando luego a nuestra desmoralización colectiva.
Quiere ir escalonando con las leyes habilitantes, otras tropelías que hagan irreversibles los disparates que pretende “constitucionalizar” con su fraude plebiscitario, incluido como fecha de inauguración de lo que supone será su dictadura vitalicia.
Como pueden inferir, tenemos que proponer un plan alterno, que si bien no puede evitar el cierre de RCTV, que pavimenta el camino de la dictadura bochornosa y que pueda desbaratar su pretensión de imponernos su fraude constitucional y sus medidas confiscatorias contra la propiedad de millones de ciudadanos, asimilándonos como colonia del ruinoso experimento tiránico senil castrista.
A quienes no pude convencer con este diagnostico y pronóstico, permítanme entonces usar el criollísimo refrán: “mapurite sabe a quien pé”.
Al presidente impostor como que por fin le llegó la hora de tener que sacar mejor sus cuentas. El disparate de cerrar a RCTV lo deja, contrario a lo que él creyó, no en una posición de fuerza, por la capacidad de atropello exhibida, sino en indefensión inmediata. El diferimiento del fraude constitucional, obedece a esas evaluaciones.
Porque por primera vez en forma considerable, muchos dirigentes chavistas, hasta ministros en todo el entorno civil y militar de Chávez, empezaron a verle el defecto estructural al mandamás.
La expresión ingeniosa que les referiré no es mía, sino del ex-presidente CAP. Me la dijo cuando le visité en República Dominicana, y la usó respecto a un líder adeco que resultó a la postre exactamente como él me dijo: “con un defecto de chasis”.
Termino así estas notas con términos de mecánico: al que se le fue la cadena del tiempo ya le han descubierto su defecto de chasis.