Al General, el Sol le salió por Antequera
(%=Image(6828214,»L»)%)Hay un dicho, en España, que viene de larga data: “Salga el Sol por Antequera”. El Diccionario del Español Actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, en las diversas acepciones de la palabra sol y, en la página 4153, dice: “…salga el [sol] por Antequera. Fórmula que sigue a la mención de un propósito o de un hecho, para indicar que no importan sus consecuencias. / CPuche Paralelo 398: Además, aunque no sirva. Lo mandan y se hace. Salga el sol por Antequera.”
Veamos cual es el origen de la frase y qué relación puede tener con un general a quien se le otorga un excepcional sol adicional: La ciudad de Antequera fue conocida, en la época del imperio romano como Antikaria. A principios del Siglo Quince, los árabes se habían apoderado de la ciudad. Las tropas cristianas se dirigieron hacia la ciudad durante la larga campaña para reconquistar las tierras ocupadas por los moros. Don Fernando de Aragón, quien para ese entonces Infante no lograba decidirse en cuanto a la tierra que debía tomar. Cuenta la leyenda que una noche se le apareció una joven acompañada por unos leones y le dijo: “Salga el Sol por Antequera y que sea lo que Dios quiera”.
La ciudad de Antequera se halla al Norte de Málaga y está rodeada de montañas. Esa circunstancia hace que, en Antequera, el Sol se hace visible más tarde que en otros lugares planos de España. Por ello, decir que el sol salga por Antequera es como ordenar lo que no es propio, y así lo describe el diccionario de Manuel Seco.
Cuando el presidente de la República ordenó un Sol adicional para un general que no lo merecía, incurrió en lo que dice el diccionario: en un propósito y un hecho, sin importarle las consecuencias, a pesar de que no servía, lo mandó y lo hizo. Ese nuevo Sol no podía salir por el general porque, tal como Antequera, está rodeado de montañas que no son otras que las faltas de méritos y la inexistencia de circunstancias que pudieran dar lugar al hecho. Si es que debía salir el Sol, bajo circunstancias aceptables, debía ser por las llanuras que son los generales con los méritos suficientes.
El Presidente debería saber que los Soles no salen porque a él se le antoje que salgan y que el Sol, cuando sale a destiempo, quema irremediablemente, no produce los beneficios que de él se esperan.
Por último, vale la pena recordar que en francés se llama Sol (Soleil) a una suerte acrobática que realiza una persona alrededor de un eje horizontal ( Dictionnaire Alphabétique & Analogique de la Langue Française, Paul Robert, Paris, 1997). Recuerden también el presidente y el general que las suertes acrobáticas, cuando salen mal, producen traumas irreparables.