Opinión Nacional

Al desnudo

 Maduro, en su cadena nocturna del domingo 16 (revisen el video), evidenció desprecio olímpico por la capacidad de observar y razonar de los dirigentes de la oposición, con el anuncio, macabro y pueril al mismo tiempo, de que la oposición preparaba el asesinato de Leopoldo López, para cargarle al gobierno la culpa del crimen.

 Como puede observarse, el gobierno se ha dado a si mismo licencia para asesinar impunemente a opositores, y también a rivales dentro del chavismo, en la seguridad de que siempre el crimen será imputado a la oposición, nunca al gobierno.

Esta es la técnica totalitaria que el gobierno aplica para descargarse de todas las culpas: El incendio de la Refinería de Amuay, no fue culpa de gerentes incompetentes o descuidados, habría sido obra de saboteadores superdotados, que ni siquiera dejaron huellas. También son saboteadores los que dañan las líneas de trasmisión eléctrica causando apagones simultáneos a lo largo y ancho del territorio nacional.

La incontrolable inflación y el desabastecimiento no son culpa del gobierno, que se empeña en mantener políticas económicas que han fracasado en todos los países donde se aplicaron; esa inflación, según Maduro, es culpa de empresarios y comerciantes especuladores, acostumbrados a enriquecerse vendiendo a altísimos precios los artículos de consumo masivo.

Empresarios, por lo demás, que son agentes de la penetración imperialista y que se agrupan sobre todo en Fedecamaras y Venamcham.

La atmósfera política venezolana estaba, si se quiere, en calma chicha. Tanto así, que en ciertos segmentos de la oposición hasta se consideró que lo inteligente era dejar que Maduro gobernara sin inconvenientes hasta 2019. A partir del 12 de febrero, Día de la Juventud, esa pasiva resignación entró en ebullición.

Una marcha de universitarios, en solidaridad con estudiantes de San Cristóbal, encarcelados por protestar contra la impunidad del hampa en sus asaltos a las aulas universitarias y que fueron trasladados sin razón alguna a la Cárcel de Coro, de conocida peligrosidad. La manifestación se desarrolló sin ningún tipo de inconveniente.

Después de una larga espera frente a la Fiscalía, en espera inútil de ser atendidos por la Fiscala, los estudiantes decidieron regresar al punto de partida, silenciosamente, sin ninguna manifestación de violencia verbal. En ese momento entraron en acción los motorizados, con chaqueta, casco y anteojos negros. Fueron ellos los que dispararon, causando dos muertos, como puede comprobarse con videos.

Leopoldo López, nada tuvo que ver con esa manifestación y, sin embargo, se pretende atribuirle la violencia de ese día y la Fiscala se atrevió a emitir orden de arresto.

 

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