Opinión Nacional

Adiós a la aptitud

De otro plumazo se ha decretado el fin de la aptitud. El pasado sábado rindieron, los aspirantes a ingresar a las universidades, la última prueba de aptitud académica.

Venezuela se desplaza, a pasos agigantados, por la cuesta de la proletarización. Corre vertiginosamente en la senda contraria al desarrollo. Intenta que desaparezca todo vestigio de excelencia. Aspira a que, facilitando o retirando todas las vallas que producen la selección, nos transformemos en una jauría de iguales pero de iguales en la ignorancia, iguales en la mendicidad, iguales en la esperanza de que el Estado nos dirija y nos mantenga desde el nacimiento hasta la muerte.

Sin lugar a dudas, quienes tratan de dirigir a la colectividad tienen conceptos absolutamente errados o perversos.

Han dicho todos los hombres importantes del saber humano que las leyes son las que tienen por función fundamental el que todos seamos iguales… ante ellas. No quiere esto decir que podamos pensar en algún momento que todos los hombres son iguales.

Afortunadamente, somos diferentes. Cuan idiota sería una colectividad donde todo el mundo sea absolutamente igual al resto. Que desafortunados seríamos si no tuviéramos que esforzarnos por ser alguien y por distinguirnos en nuestra actividad, en nuestra afición o entre los miembros de la familia o de la colectividad.

Revisamos algunos trabajos relacionados con el tema de las aptitudes y cuando accedimos al trabajo de J. Casussús, documento Nº 3 del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la calidad de la educación de la UNESCO, denominado “Estándares en educación: conceptos fundamentales” , entendimos la importancia que tiene la evaluación de los educandos al momento de seleccionarlos para que accedan a las infinitas posibilidades que brinda la educación superior.

Sería ambicioso y extenso tratar de compendiar este trabajo, pero quisiéramos resaltar las características que provee la determinación de los estándares que se pueden obtener a partir de pruebas de aptitud académica.

El conocimiento de las aptitudes de los educandos permite comparar su instrucción y su desempeño con jóvenes de otros países y si se analizan regionalmente permiten a las autoridades conocer las diferentes calidades de la educación que se suministra en regiones o en planteles.

Los resultados de pruebas de buena calidad permiten programar políticas que conduzcan a sistemas de educación más eficientes.

La determinación de estándares de calidad de la educación de los potenciales universitarios permite evaluar lo sucedido en la educación media y a futuro permitirá medir el desarrollo de la educación superior.

En suma, la determinación del desempeño de los estudiantes nos indicará el nivel de la calidad de nuestras vidas como colectividad.

Las pruebas de aptitud académica permiten, a las autoridades responsables de la educación de Venezuela, lograr el aprovechamiento de las habilidades, conocimientos y destrezas de cada venezolano en lo que ha sido mejor dotado por la naturaleza y mejor preparado por la sociedad.

Paralelamente hemos leído los trabajos recopilados en el libro “La Educación en riesgo 1999-2006” donde Leonardo Carvajal y María Josefina Pantin presentan los trabajos que ha producido la Asociación Civil Asamblea de Educación a lo largo del espinoso proceso de análisis de las propuestas gubernamentales en este álgido tema del futuro de Venezuela.

Instamos a que la colectividad concentre sus mejores esfuerzos en defender la calidad de la educación lo que comienza porque el tema de la educación sea, en primera e ineludible instancia, responsabilidad de los padres de los venezolanos del presente y del futuro.

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