¿Abstenerse o votar en el plebiscito del 2D?
Pese a que el concepto de crisis esta un tanto devaluado por su uso indiscriminado, impreciso y excesivamente frecuente, lo encuentro adecuado para la situación que vivimos los venezolanos actualmente, pero con un significado univoco: “La crisis de un sistema social ocurre cuando el cúmulo de contradicciones y conflictos es mayor y tiene mas fuerza que el conjunto de mecanismos socio-institucionales para resolverlos.” (Immanuel Wallerstein).
Crisis en este sentido pueden ocurrir por el malfuncionamiento de estos mecanismos o la agudización de aquellos conflictos y contradicciones, ambos por múltiples y diversas razones. En nuestra sociedad, la crisis se debe a dos causas: por un lado, el teniente coronel ha agudizado, desde el día en el que se juramento grandilocuente como Presidente de la Republica (“Juro sobre esta moribunda…”), los conflictos y contradicciones en sucesivos y bien planificados pasos; por el otro ha debilitado y hasta destruido sistemáticamente las instituciones que provén y garantizan los mecanismos de solución de los conflictos y contradicciones. Todo este “poseso” (para parafrasear a Pedro León Zapata) ha sido estratégicamente diseñado y ejecutado, empezando mucho antes del intento de golpe del 4-F-1992, hasta en los más pequeños detalles y con el asesoramiento de profesionales de la planificación (y no tan solo la económica). El teniente coronel, además de ser un improvisador, demagogo y egocéntrico-narcisista, actúa de acuerdo a su racionalidad, como muchos constructores de totalitarismos anteriores, por más que su racionalidad se diferencia de aquella que esta en la base de la democracia ciudadana, de la sociedad libre y del Estado al servicio de la sociedad.
Los numerosos testimonios que existen sobre el teniente coronel y su plan, incluso los que el mismo ha proclamado en sus verborragicas sermones dominicales y las numerosas cadenas, dan cada vez más clara cuenta de que el proceso tenía que desarrollarse en varias etapas. No es este el momento de caracterizar cada una, los venezolanos las tienen bien claras, aunque no siempre conscientemente. Pero es obvio que hemos llegado a un punto de quiebre cuya raíz es la re-elección del teniente coronel el 3-D-2006. En los días después, Chávez explayo y explico detalladamente a los venezolanos lo que en adelante iba a venir: la “reforma constitucional”, el partido único, la imposición del pensamiento único en todo el sistema educativo, la militarización en profundidad de la sociedad, la creación del “hombre nuevo”, en breve “la revolución socialista-bolivariana”. La Ley Habilitante de comienzos de 2007 fue el primer paso de esta etapa (como si la hubiera necesitado, con un parlamento rojo-rojito unicolor).
Luego vino la propuesta de la “reforma”: 33 artículos formulados por el teniente coronel, sometidos a una Comisión Presidencial presidida por la presidenta de la Sala Constitucional y del Tribunal Supremo. Su parlamento agrego otros tantos, en un procedimiento “participativo” que recuerda el viejo chiste: la democracia participativa es cuando el líder participa las órdenes y los ciudadanos obedecen. Sin ninguna duda, esta “reforma”, mas allá de los argumentos jurídicos acerca de la ilegalidad de su procedimiento, persigue la transformación del Estado social de derecho en un Estado socialista, no precisamente del siglo XXI sino calcado sobre los socialismos realmente existentes de nefasto recuerdo y los que hasta la fecha han sobrevivido (Cuba, Corea del Norte etc.).
Esta transformación neo-totalitaria, amigo lector, quiere hacer de todos nosotros, en vez de ciudadanos, súbditos. El 2-D-2007 estamos llamados a decidir sobre esta “reforma”. Debemos ir a votar (y cuidar nuestros votos, si hace falta hasta los días después, como sugirió Luís Ugalde), tan masivamente que el teniente coronel y sus aláteres no pueden invertir “milagrosamente” el 40-60 otra vez en un 60-40 por el régimen. Recordemos: la abstención es una protesta, pero no una acción política en el sentido de Hannah Arendt: actuar sobre lo viejo mas con miras a algo nuevo.
¡Nos veremos el 2-D-2007, día del inicio de la liberación de nuestra sociedad!
