Abecedario de la política
No podemos aspirar a tener derechos políticos ni a ejercerlos si permanecemos en la ignorancia. Primero tenemos que aprender. Desde el ABC. ¿Qué cosa es la política?
Veamos el ABC de la política. En pocas lecciones:
N. 1: La política es como cualquier órgano interno del cuerpo
N. 2: La política es como el sexo
N. 3: La democracia es un juego que se juega con partidos
N. 4: La mejor política es el Liberalismo
N. 5: La política de casa se juega en casa
Me dicen que uso un lenguaje académico y profesoral, y que la gente no es erudita. Pues entonces voy a probar en este escrito con palabras simples, sencillas y claras. Y con símiles y ejemplos. Pero entonces cabe una… Advertencia: un lenguaje llano, franco y directo puede herir susceptibilidades. Favor abstenerse personas muy sensibles. (No digan que no avisé.)
Lección N. 1: La política es como cualquier órgano interno del cuerpo
Cuando p. ej. la vesícula, o cualquier otro órgano interno del humano cuerpo funciona bien, ni te enteras que la tienes, ni sabes del asunto. No te preocupa. (A menos que seas médico). Hasta que un día tienes síntomas raros. Y vas al médico. Y te enteras que tienes vesícula (o lo que sea que no funcione), y para qué sirve, y cómo funciona bien, y cómo es que anda mal, y por qué causas se arruinó y dejó de ir bien, y en su caso cuál es el remedio (si lo hay).
En la política es igual. Con dos diferencias, muy importantes:
1) En política hay demasiados curanderos, y muy pocos médicos.
2) Y el común de la gente no sabe diferenciar unos de otros.
Como consecuencia, cuando enferma la política de un país (el Gobierno, el Congreso la oposición, los partidos, etc.) los curanderos opinan y opinan y opinan … y la gente los escucha y los escucha y los escucha … Y aparecen 1001 diagnósticos ridículos y falsos remedios; pero no la cura verdadera. Los males se agravan.
Lección N. 2: La política es como el sexo
La política es la actividad humana relacionada con el Gobierno. Pero ¿qué es el Gobierno? Ahí comienza el problema porque en política hay distintas visiones muy diferentes y opuestas sobre ese tema, y sobre todos los demás. La neutralidad no existe, en política al menos. Eres de izquierda o eres de derecha, lo sepas o no. Y si no lo sabes es mejor que lo aprendas.
La política es como el sexo (en el sentido que las feministas llaman “género”): eres hombre o eres mujer. O sea que no existen “neutrales” o “asexuados”. Hay unos “término-medio”; pero esos son hombres –no mujeres– y se les llama “maricos”. O son mujeres –no hombres– y se les llama… (bueno, Uds. me entienden). O sea: son varones pervertidos, o mujeres pervertidas, pero no son “neutrales”. Y así como si tienes pene eres hombre, y si tienes vagina eres mujer, entonces si vas por el capitalismo eres de derechas, y si vas por el socialismo eres de izquierdas. Así de simple. (Perdón por la rudeza, pero ¡a ver si se entiende!)
Hay unos “término medio”: los derechistas con devaneos “sociales” y los izquierdistas “suaves”; que sus practicantes llaman “centro”. Pero eso es un homosexualismo político que podrá ser divertido (para algunos) pero no sirve para nada más que para abrir paso al comunismo; como fue en Venezuela con COPEI y AD.
Lección N. 3: La democracia es un juego que se juega con partidos
La democracia es una forma de Gobierno. A mí la democracia no me gusta mucho; al menos la de ahora, que es con sufragio universal y cualquiera puede votar. (Así nos va…) Antes el sufragio era restringido, y la democracia era distinta, mucho mejor. Pero nos guste o no la democracia –y sea el sufragio universal o no– es un juego que siempre se juega con partidos.
Un partido es un conjunto de personas que comparten una doctrina (de izquierda, de derecha o maricona); que los marxistas llaman “ideología”. Y un partido tiene líderes, altos e intermedios (que llaman “cuadros”), y gente. Eso es un partido: doctrina, líderes, cuadros y gente. Y tienen que funcionar bien para que la democracia perdure:
1) Una democracia es un sistema tan bueno como lo son sus partidos y sus doctrinas.
2) La doctrina es fundamental; y el debate y discusión ideológica es clave para la supervivencia de los partidos; y con ellos, de la democracia. Pero para eso hay que estudiar, y la gente en Venezuela es muy floja y no quiere aprender; por eso paga las consecuencias.
3) Nos guste o no, los partidos son irremplazables. Los canales de TV no pueden reemplazar a los partidos, ni las iglesias ni los equipos de fútbol ni las ONGs ni nada. Desde los ’80 en Venezuela los medios informativos (y después las ONGs) pretendieron reemplazar a los partidos .. y así nos fue.
4) Cuando los partidos se arruinan, democracy is over.
Lección N. 4: La mejor política es el Liberalismo
La doctrina liberal es muy simple: Gobierno fuerte pero limitado. Por eso cuando la democracia es liberal, el Gobierno es muy chiquito y económico, y puede funcionar bien, y la actividad política es muy reducida. Sólo personas con esa vocación se involucran en la política y los partidos; y el resto de la gente, tranquilamente se dedica a sus actividades familiares, económicas, culturales, deportivas, etc. ¿El órgano del cuerpo funciona bien? Ni te enteras; no vas al médico, y te desentiendes si no te interesa. (El tema del liberalismo lo desarrollo en mis libros La Salida, El Embrollo y Las Leyes Malas, en términos más académicos.)
Pero cuando el socialismo comienza a predominar –como en Venezuela desde 1945– el Gobierno se vuelve obeso y todopoderoso, y la política se hace el factor decisivo. Demasiada gente se incorpora a la actividad política, buscando mandar, y vivir de ella, y sobresalir, y con otros motivos. Pero el Gobierno obeso colapsa, y la política se enferma. Las instituciones se corrompen y pervierten. El mal se extiende; y se contagian la economía y la educación.
La gente comienza a sentir los síntomas; pero fija su atención exclusivamente en ellos y en sus detalles, y no en las causas de la enfermedad, porque las ignora. Multitud de gentes que en condiciones normales –política sana– no tendría opinión alguna sobre temas políticos, de economía, finanzas públicas, asuntos judiciales y hasta de política mundial, puja ahora por hacerse oír, y participa permanentemente en la interminable discusión, y se involucra activamente, pero sin cuidarse por investigar y documentarse como debiera. De modo contradictorio, votan por candidatos socialistas, y después les exigen a gritos cosas como honestidad y transparencia, respeto, veracidad, eficiencia y agilidad en el cumplimiento de las funciones, etc.. ¡como si ello pudiera esperarse de gobernantes socialistas! Protestan y demandan inversiones, empleo y prosperidad… en un sistema socialista! (En realidad lo que pretenden es que el socialismo funcione. Hahaha.)
Bajo estas circunstancias florecen los curanderos, nadie escucha a los pocos médicos (excluidos de las tribunas públicas), y las cosas empeoran cada vez más, y más rápidamente. La masa de personas opinando y activando, lejos de contribuir a la solución, pasa a ser parte importante del problema.
Lección N. 5: La política de casa se juega en casa
Cuando la democracia is over, y sus instituciones ya no sirven, entonces no hay OEA, ONU, Centro Carter ni nada ni nadie que lo arregle: se resuelve en casa o no se resuelve; porque eso es “política doméstica”. ¿Los partidos se arruinaron en Venezuela? Entonces hay que hacer otros. En Venezuela hay que hacer un partido liberal por ejemplo. ¿Se fregó la democracia? Entonces hay que volver a la democracia liberal y achicar urgente el Gobierno.
Pero esa es tarea de los venezolanos; en la patria o desde el exilio. No podemos pensar que las instancias internacionales van a resolvernos nuestro problema. No. Porque la política internacional es otra cosa: las potencias tienen sus propios asuntos de qué ocuparse, eso es como dicen en Uruguay, “pelea de perros grandes”.