Abajo cadenas, muera la opresión
Como dice nuestro himno nacional en alegoría a la opresión. Comenzamos un año de indefinición sin rumbo cierto, más de dos lustros perdidos tras la huella de una “revolución” inexistente. Para quienes no somos chavistas, ni Nini, ni siquiera participes de una “oposición” organizada, advertimos los rumbos de Venezuela por un camino incierto. No hay nada que entrevea algo mejor sino por lo contrario nos acercamos al abismo peligrosamente.
Qué estará por suceder? ya nos dieron como aguinaldo una devaluación, más inseguridad, más escasez de alimentos y medicinas, una hiperinflación, control total del estado en la vida de los ciudadanos. No lo sabemos, pero por los vientos que soplan pareciera axiomático que estamos en el camino del comunismo del que siempre recelamos y que no supimos resistir. Helo ahí, plasmado en muchas leyes aprobadas que acabarán con la centralización y la organización del estado, con un control férreo y militarizado, pues llegó la hora de las chiquitas, de las que atañen hasta al más privado ciudadano desprovisto de bienes y lleno de problemas.
Esta planteada una lucha de contrarios donde sólo podrá sobrevivir uno, comunismo y libertad no son compatibles, libre empresa y socialismo del siglo XXI tampoco lo son. Entonces tendremos que pensar en un desenlace, no hay acuerdos posibles para resolver esta antinomia crucial para la supervivencia de Venezuela. O es comunismo o es libertad, no hay comunismo con libertad ni con libre empresa y propiedad privada, por eso, nos concierne a todos quienes hemos vivido en libertad durante toda nuestra vida.
Venezuela pudiera ser un polvorín en el año 2011 si no hay como honrar los compromisos laborales, y se le escapa de las manos esa devaluación asesina para los bolsillos del pueblo, quizá, si hubiese sido hacia arriba dirigida a los productos suntuarios seria más tolerable pero no fue de esa manera sino precisamente será para golpear a los más necesitados.
Y pensar que han transcurrido doce años de esta administración que, comparándola con cualquier otra en un periodo ordinario de cinco años, no le llega por los talones en nada, pura fantasía y latrocinios. El pueblo reaccionará hacia uno de los dos lados o definitivamente se adapta al comunismo y ruina, o tendrá que enarbolar las banderas de la libertad para salir de esta pesadilla. No hay mal que el tiempo no borre ni dolor que la muerte no abata, así dijo el gran Shakespeare, bueno así estamos los venezolanos, llegando a los tiempos decisivos y de irremisible postergación. Nadie se escapará de la miseria, nadie se salvará con las intimidaciones del oficialismo. El 2011 será un año más para esta revolución fracasada y el de mayor riesgo para la familia venezolana que tendrá que organizarse para salvarse del comunismo.
No estamos lejos de nada, sino próximos a todo lo malo que alguna vez vislumbramos como algo que no sucedería; pues sucedió, Venezuela es un reducto del comunismo, del comunismo malo tanto como lo han sostenido los Castro en Cuba. Y como indica la letra de nuestro himno nacional “muera la opresión” debería ser el lema de la disidencia que no ha sabido organizarse durante once años, pero en la actualidad está dispuesta a batirse unidamente contra las violaciones a la Constitución, vulneración a la autonomía universitaria y al estado de derecho. Cómo lamentamos que en cada comienzo de año tengamos que escribir de protervos vaticinios viendo a Venezuela hundirse en el tremedal de la delincuencia, de la inflación y de otros males mayores sin que podamos señalar la llegada del año en que las cosas se acomodarán. Tendremos que comenzar por organizarnos para combatir republicanamente los pasos del oficialismo que no se correspondan con la democracia. Haciendo respetar a los representantes del pueblo que fueron electos en la Asamblea Nacional. Que la Ley Habilitante no se transforme en el látigo lacerante que acabe con la democracia y con los logros alcanzados por la oposición en elecciones populares, que Venezuela no se dirija por la senda de la anarquía como parecen quererlo los camaradas, infringiendo la Constitución. Que la paz sea nuestro norte para defender la libertad, que la violencia implantada por el oficialismo no siga cobrando vidas, presos políticos y perseguidos, y que jamás olvidemos esa parte de nuestro himno: “muera la opresión”.