A Defender la Democracia!
En esta hora gravísima que vive Venezuela, leo en el diario El Nacional un escrito de Diego Arroyo Gil que lleva por título “Así arrastró a las almas una revolución”, publicado con ocasión del 90 aniversario del octubre soviético. A continuación transcribo el siguiente párrafo:
“Los comunistas rusos llevaron a cabo la revolución como respuesta a los abusos del zarismo, pero instauraron sus propios césares: primero Lenin, luego Stalin. Y tal fue la idealización y el culto que se le rindió a ambos que no dudaron en ejercer su voluntad desmesuradamente, en beneficio de sus razones. Nunca es bueno darle tanto poder a un solo hombre.”
Arroyo cuenta la historia de cuatro poetas que por tener un pensamiento libre y plural perdieron “su casa, su ciudad, sus amores, las fiestas de su infancia”. Se trata de Ana Ajmatova , cuyo primer esposo fue fusilado y su hijo pasó 13 años en las cárceles estalinistas. Osip Mandelstam , quien murió en un campo de concentración; Boris Pasternak , a quien el régimen comunista le prohibió aceptar el Nobel 1958. Y Marina Tsvetáleva , cuyo esposo fue acusado de traidor. Ella se suicidó después de haber vivido en el exilio y pasar penurias durante años. Al saber que su hija mayor y su esposo fueron apresados por el régimen, no pudo soportarlo. ¿Cuándo comenzará la represión de los poetas si el actual régimen se consolida y se eterniza, como es su pretensión?
Según la exposición de motivos de la Constitución propuesta por el Presidente y la Asamblea, todos estaremos obligados a ser socialistas, a tener un pensamiento único, porque solamente habrá un partido políticamente correcto, el Partido Socialista Unido de Venezuela. Ya se inició la cacería, los adeptos al régimen que han querido conservar sus propios partidos políticos y ser fieles a sus convicciones, aun cuando apoyan al proceso revolucionario, han sido acusados públicamente de traidores por el propio Presidente y por sus sumisos seguidores. Pretenden convertirnos a la fuerza en los “hombres nuevos” creados a la medida del régimen, como si estos revolucionarios de nuevo cuño (casi todos eran de los partidos tradicionales), se hubieran convertido de la noche a la mañana en sabios humanistas que nos van a prescribir lo que es “bueno” o “malo” según el recetario impuesto por Fidel Castro, quien es el mentor de la revolución “del Siglo XXI”. Por esta razón, los estudiantes están siendo severamente reprimidos por la fuerza pública y los medios de comunicación independientes son constantemente amenazados con multas millonarias, cierre y confiscación, como hicieron con RCTV.
Algunos periodistas, artistas e intelectuales que visitan por pocos días nuestro país, casi todos ellos con pasajes y alojamiento pagado por el gobierno, se conforman con escuchar las loas de la nueva oligarquía gubernamental hacia su propia gestión y se sienten complacidos al oír como estos hablan horrores de Bush; se contentan al ver como el mandatario venezolano regala un dinero que no es de él -como si nuestro país fuera su hacienda personal- a otros países, para vender su ideología revolucionaria, hasta el punto de haber sido llamado “la chequera que camina por América Latina”. Lo que ellos ignoran es que la supuesta mejoría de la pobreza en Venezuela es una falsedad, porque lo poco que reparten no rinde por el elevado nivel de inflación, producto de la pésima administración de los dineros públicos y de la torpeza financiera.
Lo que ellos no saben es que han muerto 100.000 personas en 9 años por hechos de violencia, y que todos los meses mueren más de 400 personas por hechos de sangre. Lo que ellos no saben es que no podemos salir sin correr el riesgo de ser asaltados y secuestrados. Nunca hubo mayor violencia en el país, la delincuencia está desatada bajo la mirada complaciente de las instituciones, porque no hay voluntad política de implementar políticas de prevención del delito y sanear los organismos policiales y de inteligencia. No hay seguridad jurídica de ningún tipo. En gobiernos anteriores se construían cien mil viviendas por año. Durante este gobierno no se han llegado a construir ni doscientas mil en 9 años. Porque las revoluciones no construyen casas, se las quitan a los que las tienen.
La producción de alimentos ha caído dramáticamente, las empresas privadas cada vez tienen dificultades mayores para operar, y constantemente son amenazadas de confiscación. En un régimen cuyo paradigma es el comunismo, no puede existir la libre empresa, todo pertenece al Estado, lo que es lo mismo que decir que todo pertenece al grupo que gobierna.
La pretendida reforma no permitirá opiniones distintas a las que imponga el gobierno con sus leyes y su aparato represivo. De lo contrario, seremos tildados de “traidores”. En consecuencia ¿tendremos que traicionar nuestra conciencia y convicciones para que triunfe la revolución socialista cuyo lema es ”Patria, socialismo o muerte”?
Declaro mi rechazo más absoluto a este lema, y declaro que votaré NO a esta reforma que pretende la desaparición de un Estado democrático para crear un Estado totalitario a merced de un caudillo.
Soy social-demócrata y siempre lo he sido, por tanto elevo mi clamor por la equitativa distribución del ingreso y de la riqueza, por una sociedad de bienestar, educación, vivienda y salud para todos. Pero no renunciaré a la libre expresión de las ideas, y jamás estaré de acuerdo con regímenes totalitarios, bien sean de izquierda o de derecha.
¡NO A LA REFORMA CONSTITUCIONAL!
Si alguien pretende hacerme creer que no soy libre
préstame la transparencia de tu Amor
para que mi sangre se embandere
hasta morir y resucitar
en la batalla
(Del poemario Canto al Amor Divino editado en 1998)