A correr chavistas
No basta con quitarse de encima al juez Aponte a punta de descalificarlo. No es suficiente explicar esto como una olla desestabilizadora montada por la CIA para acabar con la revolución. Los soles que adornan las caponas militares, se están escondiendo en los closets.
Se les fue el juez Aponte en una clarísima saltada de talanquera que empujó probablemente el miedo a amanecer con un mosquero paseando encima de sus restos. Lo más importante del caso del juez Aponte es que abre la puerta de salida a un bojote de gente que ya presiente que el castillo de naipes que los soporta, se les viene abajo. No puedo creer en los actos de arrepentimiento de alguien que actuó de la manera que lo hizo y que está contándonos a medias una historia de desmanes que el mismo encabezó.
La revolución está herida de muerte. Este misil impacta la nave por debajo de la línea de flotación y viene a sumarse a la andanada de metralla que ha recibido de unos tiempos para acá. No puede sostenerse a flote una revolución soportada en mentiras, que nos vende una Venezuela bonita, al tiempo que acaba con los dineros de la nación sin producir nada importante. El Metro, la energía eléctrica, el manejo de las aguas, los desastres petroleros y la inseguridad y anarquía, son sólo las más notorias fallas de este gobiernito manejado por parlanchines de oficio y vendedores de sueños.
Estamos en presencia de un hito histórico que hay que manejar con extremo cuidado. Hoy más que nunca las fuerzas democráticas deben demostrar un alto grado de inteligencia colectiva, unión y claridad de objetivos.
Esta revolución descubierta y haciendo aguas intentará producir desorden para generar el humo que permita su escapada. Me refiero a la altísima probabilidad de considerar la anarquía y la violencia como un camino y se dediquen a promover abiertamente acciones –que achacadas a la oposición- les permitan avanzar hacía un estadio de control para acabar con las soluciones electorales, que cada día les favorecen menos.
Chávez está por aparecer de nuevo. Espera que las declaraciones de Aponte se asienten y le preparan la necesaria cortina de humo que envíe esto a un segundo plano para que el inmortal héroe de la revolución –que no tiene permiso de irse- regrese glorioso, curado y triunfante a manejar este creciente desorden. En sus filas, las tensiones aumentan con cada hora que transcurre.
Vienen más Apontes, Vienes más chavistas dedicados al atletismo. Unos corren, otros se dedican al salto, con y sin garrocha.