A confesión de parte…
Se le ha prestado poca atención a una advertencia que Diosdado Cabello deslizó en reciente declaración de prensa. Según Cabello, Chávez se vanagloriaba de que él, durante 14 años, fue el muro de contención para evitar que los radicales o extremistas de su partida cometieran “locura”. En velado tono amenazante, Cabello advertía a los opositores, que muerto el Comandante, fueran juiciosos, permanecieran tranquilos, pues esos radicales ahora podían lanzarse en jauría contra ellos y la pasarían muy mal. Aquella amenaza velada ha sido reiterada por Maduro.
La amenaza empieza a hacerse realidad. Hemos visto, estupefactos como una ministra, ratificada por cierto, incurrió en el extravío insólito de anunciar que ya esta lista la celda que Capriles ocupará al ser condenado como “consumidor de drogas”; y el jefe de la fracción parlamentaria del PSUV incurrió en la monstruosidad de llamar “asesino” a Capriles. Estas amenazas podrían hacerse realidad porque los “locos”, ocupan hoy altas posiciones de gobierno. Así gobernaron Stalin, quien murió en la cama; y así han gobernado Fidel Castro y su hermano Raúl y llevan más de 50 años en el poder. Como en Venezuela ha desaparecido el Estado de Derecho, Capriles no puede recurrir a la Justicia. Los venezolanos debemos abrir los ojos ante tal amenaza, no cruzarnos de brazos. En la actualidad los ciudadanos desarmados disponen de recursos no bélicos para combatir y vencer a los opresores. Por lo pronto, conviene mantener al día a la opinión internacional, tan descuidada. Sería muy conveniente hacerle llegar a los medios influyentes en el exterior y a los parlamentos de los países democráticos los videos con las amenazas de Cabello y de los otros dirigentes del PSUV.
La mentalidad totalitaria ha sido bien estudiada y caracterizada por el daño terrible que causaron a la humanidad sus ejemplares más representativos: Hitler, Stalin y Mussolini. Nuestros intelectuales, que se alinearon con Capriles para el rescate de la democracia en Venezuela, harían un gran bien a la valiente juventud venezolana, en canalizar con determinación y de manera documentada este inquietante ensayo totalitario que ha venido adelantándose en Venezuela.
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En los regímenes totalitarios la mentira es uno de los recursos principales de motivación y encuadramiento. La utilizan sin pudor ni remordimiento, a los que consideran prejuicios pequeño-burgueses. En estos días hemos sido testigos estupefactos de cómo Maduro y su gente se han montado descaradamente sobre la mentira para tratar de descalificar política y moralmente a Capriles Radonski. Se le acusó de haber ordenado los asaltos e incendios de muchos CDI en Caracas y en el Interior del país. Todas resultaron falsas, como lo atestiguan los vecinos. Acusaron a partidarios de Capriles de haber incendiado la casa del PSUV en Barcelona. Mentira. El diputado Carlos Andrés Michelangelli, videos en mano, demostró que los incendiarios habían sido militantes del PSUV. En Mérida, persiguiendo a estudiantes que participaban en una manifestación pacífica de protesta, ingresaron al edificio del CAMIULA, donde funciona, los servicios de asistencia médica estudiantil, causando serios destrozos. Estos son hechos comprobables.