4-F: Fábula falsa de una fantasmada fallida
“En medio de la oscuridad nosotros
soñábamos otra oscuridad porque no se nos ocurría otra cosa”
Italo Calvino,
Las cosmicómicas, 1997
Hugo Chávez y sus socios arriban a otro aniversario de la (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/hchavez/4f.asp»,»fantasmada golpista»)%) de 1992 . No es extraño que desde el gobierno se desplieguen mensajes exaltadores de esa acción fallida, mientras que aquellos insurrectos que ya no acompañan al Presidente aseveran en naif castrense que “Chávez traicionó nuestros ideales”. Así, nuevamente, los compadres del 4-F se mueven en la fábula que un país ávido de héroes les creó.
¿Qué representa el 4-F para Venezuela? Es, ante todo, otro ejemplo del atajo como reemplazo del esfuerzo, suerte de lotería que parejamente brinda fama y muerte. No menos ansioso y falso en sus fines fue el golpe del 11 de abril, pero el 4-F, no satisfecho con su deficiente puesta en escena, encarna en Chávez el espíritu (%=Link(«http://www.pignc-ispi.com/forums/humor/messages/7.html»,»procastinador»)%) que caracteriza a la dirigencia política de la Quinta República: “Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”.
Esa dejadez que signó el golpe impactó en la práctica política del país, por ejemplo, la gestión perezosa y “amiguista” instaurada por AD y COPEI devino en una Administración chavista centrada en el escándalo como estrategia para ocultar sus inauditables manejos financieros. Mas si antes se criticaba la simpatía estacional de los políticos, el apretón de manos en época de elecciones; ahora vivimos en una falsa constante donde las palabras-talismán son: pobreza, igualdad, infancia, vejez, mujer. Irónicamente, a pesar del rating de esas categorías verbales en el discurso dominical de Hugo Chávez, su práctica nos ha hecho más pobres a todos, igualándonos en la incertidumbre de presentir que un balazo hambriento se llevará nuestro celular y vida, haciéndonos copartícipes, en 1%, de las cifras rojas de los weekend venezolanos.
No seamos injustos, el 4-F ha derramado su gracia oscura sobre las calles de las principales capitales del país: tristes ancianos estafados por el (%=Link(«http://www.ivss.gov.ve/»,»IVSS»)%) , niños abusados por la indiferencia de los órganos oficiales, mujeres esclavizadas por el esfuerzo de empujar sus familias hacia la vida, para verlas caer nuevamente al crepúsculo, como le sucedió infinitamente a (%=Link(«http://www.lainsignia.org/2002/abril/cul_002.htm»,»Sísifo»)%) . Asimismo,
hay que reconocer que los conspiradores de 1992 son consistentes con su efímero rol de golpistas, ya que actúan como si estuviesen fuera del gobierno: entrenan milicias para darse un autogolpe y roban a los venezolanos a través de juegos perversos en el mercado cambiario, por sólo mencionar dos gestos cotidianos.
Más allá de la incesante lucha del chavismo y sus accionistas por hacer de Venezuela el país de los que no están, hay que destacar la (%=Link(3073499,»protesta silenciosa»)%) de algunos y las marchas bulliciosas de otros que le salen al paso y le muestran que la democracia es un modo de vida que heredamos de nuestros mayores y al cual no renunciaremos por el simulacro de mito que viven unos pocos.