27S ¿ahora qué nos espera?
El país amanecerá el 27 de septiembre será muy distinto que el actual. El asunto es más que ganar o perder. Es arrollar imponiendo la revolución o resistir su avance o incluso revertirla. Se analizan cuatro posibles resultados del 26S, unos más críticos que otros, pero todos presagian unos años difíciles, que significaran cambios que podrían marcar al país para siempre.
El país que se prepara para iniciar los dos más difíciles años de su vida política que terminarán, Dios mediante, con la elección presidencial. Dos años de mucha tensión. Dos años de crisis.
Ganar y perder
Los resultados electorales del 26S definirán el rumbo que tomará el país en los próximos años. Y esto depende del resultado nacional total, es decir quien ganó y quien perdió la contienda electoral, es decir, quien es mayoría; y de quien controlará el Parlamento, y que tipo de control tiene, es decir, mayoría simple o mayoría calificada. Esta última permite pasar leyes orgánicas y nombrar las cabezas de los otros poderes, al menos formalmente.
Si el PSUV gana
Un primer resultado posible es que el PSUV gane las elecciones y la Asamblea Nacional (AN) , alcanzando la mayoría calificada. Entonces, Chávez “vendría por la calle del medio” y “profundizaría la revolución”. Esto podría significar otra Asamblea Constituyente, para convertir a Venezuela en un Estado Socialista, es decir comunista. Ante la derrota, se podría crear una crisis en la Alternativa Democrática venezolana (ADV) que abriría un proceso de revisión organizativa y de liderazgos. Por otro lado, la AN se tornaría en una caja de resonancia para la oposición, pero para poder enfrentar a Chávez y resistir el avance revolucionario, lo mas importante será la calle, es decir, seguir subiendo cerros, pateando barrios y, movilizando y organizando descontentos.
Un segundo resultado es que la oposición pierda las elecciones y la AN, pero saque suficientes votos como para evitar que el PSUV alcance la mayoría calificada- 56 curules o más. La ADV podría evitar que se aprueben leyes orgánicas y se nombren nuevos directivos de los otros poderes pues se requiere una negociación entre ambas fuerzas. Pero esto es formal, recordemos como el gobierno violó este principio con el nombramiento de la actual camada de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. Así que, aún con una voz más fuerte en la AN, solo en la calle, trabajando duro se podrá enfrentar el embate del comunismo. Trágico sería que la MUD no se de cuenta de este pobre resultado, sobre todo si “casi” gana. No habría mea culpa, sino “cuanto hay pa’ mi” y esto puede perjudicar los resultados del 2012. La política de “divide y reinarás” habría triunfado otra vez.
Otros argumentan que, lo que hay que medir no es si se gana, sino si se avanza. Es ver el vaso medio lleno y no medio vacío. En todo caso, estos diputados tendrán que convertirse en una aguerrida vanguardia que asegure por todos los medio democráticos y constitucionales contener la arrolladora imposición de la revolución y la reelección de Chávez, sino no hay avance que valga.
Si la oposición gana
La tercera posibilidad es que el PSUV pierda la mayoría al nivel nacional pero mantenga el control de la AN. Esta paradoja de representación política donde la mayoría no tiene una representación acorde, podría conducirnos a una crisis política. Como el Dr. Pedro Niken advirtió, estaríamos frente a una crisis de legitimidad que podría generar antes de la próxima elección “una crisis política muy fuerte”. El desprestigio del régimen al nivel internacional se acentuaría y la oposición se sentiría fuerte en la calle. La ingobernabilidad podría aumentar, en especial si Chávez, que no sabe negociar-sino ganar o perder- enfrente la situación polarizando y reprimiendo más. Para los analistas consultados no hay que descartar que frente a un desplome de su apoyo popular e institucional podría recular. Ya lo ha hecho otras veces. Por cierto, que aún la ventaja institucional esta con Chávez pues tiene 100 días más de parlamento rojo, rojito hasta enero del 2011.
El cuarto escenario, da ganador a la oposición en la votación nacional y en la AN. La nueva mayoría no sólo podría resistir el embate de la revolución sino la revertiría. Para el oficialismo, como dice Manuel Felipe Sierra, “sería un revés político irreparable”. Nuevas leyes desandarían el avance de la revolución. El control presupuestario pondría una camisa de fuerza a Chávez y los mecanismos de control de Ministros y Presidentes de otros poderes se pondrían en marcha. La política gravitaría sobre el Parlamento. Entre otras cosas, por que los pocos diputados de los partidos que no formaron parte de la MUD, y suman la mayoría parlamentaria serán claves en las negociaciones, que se espera sean políticas y no crematísticas.
2010-2012 será un bienio muy conflictivo, testigo de muchos reacomodos políticos y nuevas forma de lucha constitucionales. Puede que si el chavismo gana las elecciones su propia fuerza lo termine estrellando contra una mitad del país que no está dispuesto a acompañarlo en su porfía comunista y menos si continúa, la crisis económica, social e institucional, que él mismo ha construido. Aquí la organización y las posiciones que asuman los líderes de la oposición será decisiva. Varios analistas consultados coinciden en que es difícil enfrentar a un país controlado por el PSUV con una oposición atomizada, u organizada pesadamente en mesas de diálogo; se requeriría una unidad organizativa y de acción de mayor profundidad y agilidad, como sucedió, por ejemplo en Chile. Puede que la oposición gane y se pueda comenzar a revertir el proceso de destrucción de la economía y de las instituciones, incluso que se abra un posibilidad de diálogo, sino con Chávez con el famoso “chavismo sin Chávez”. Lo que si es cierto es que se avecinan grandes cambios a partir del 27 de septiembre, pues como todos sabemos estas elecciones definen el rumbo del país.