20 años del TLCAN
Cumplió 20 años el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México). Con un PIB conjunto de US$ 19,2 billones y 470 millones de personas (2012), los flujos de comercio e inversión intrarregionales mostraron un crecimiento vertiginoso durante los primeros seis años; pero se ralentizaron durante los últimos catorce, a tenor del surgimiento de China e India en el tablero económico mundial.
Los tres países norteamericanos llegaron a representar el 36% del PIB mundial en 2001; pero retrocedieron al 26% en 2011. El comercio de mercancías, que alcanzó US$ 400 millardos en 1991, se ubicó en US$ 1,2 billones en 2012; pero los flujos de inversión, esencialmente de Estados Unidos, se movieron más hacia Asia. 14 millones de empleos estadounidenses tienen su sustento en el TLCAN; 5 de ellos nuevos.
El aniversario del TLCAN ha originado un útil y necesario debate. Un estudio del Colegio de México y la American University destaca que la brecha de desarrollo entre Estados Unidos y México no ha disminuido y que las economías poco se han integrado. Un informe del Congressional Research Service de EE.UU., señala que el tratado no causó la pérdida de fuentes de trabajo predicha por sus críticos, ni el boom económico extraordinario previsto por sus defensores.
Los resultados mixtos del TLCAN no desdicen de sus buenos avances en materia de creación de empleo e inversión. Pero un acuerdo de libre comercio no es un sistema de integración, a la usanza de la Unión Europea. Falta mucho para que la economía norteamericana esté verdaderamente integrada. Las expectativas de México de convertirse en un país del primer mundo precisan de algo más que un tratado de libre comercio.