1989 y las medidas de ajuste económico
Momento crucial y oportuno cuando el 2/2/89 el entonces régimen CAP II anuncia su paquete global económico a corto plazo que conocimos coloquialmente como el “paquetazo”, cuya ejecución quedó bajo responsabilidad del ministro de CORDIPLAN, Miguel Rodríguez; medidas que imponían, entre otros: aumentos en el precio de los combustibles y lubricantes, así como de todos los servicios básicos, devaluación progresiva del bolívar, mediante la unificación cambiaria a objeto de que el USD fuese flotando según los parámetros del mercado de divisas o con un solo precio que sirviera de referente; liberación de las tasas de interés, de los precios, restricción del crédito, fortalecimiento de la balanza de pagos; política monetaria moderada, reducción del gasto fiscal, salario base de Bs 4500,00/mes e incrementos salariales a los funcionarios públicos.
Era, realmente, un “programa de choque” durante un semestre, tipo terapia intensiva a fin de lograr cambios positivos en la economía nacional. Tras estos cambios iniciales estaría otra política a largo plazo orientada hacia una productividad efectiva.
Ante las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su programa de ajuste, CAP enfatizó: “Lo que debemos hacer es presentar nuestros propios planes y ejercer nuestros propios derechos sin detenernos a pensar si coinciden o no con los que desee el FMI o cualquier otra organización”, aseveró.
Se estimó una tasa inflacionaria del 40 por ciento, que arrojaría el choque de tales medidas, sin embargo, sus detractores pronosticaron más de un ciento.
Quizá por fallas de comunicación, este programa de reajustes se tergiversó y desde muy tempranas horas de la madrugada del lunes 29/2/1989 estalla, por Guarenas, el “caracazo” con saldo de saqueos, heridos y muertes lamentables.
Hoy día, ante las políticas erráticas actuales, observamos que aquel trago de medicina tan amargo hubiese sido lo más viable, pues las políticas actuales solo han generado mendicidad y, en efecto, un país menesteroso, más un éxodo poblacional sin precedentes.
Y, para colmo de males enfrentamos, también, una crisis mundial a causa de la baja de los precios del petróleo. Pero, los madrugonazos encandilan, inducen a errores crasos e irreversibles.