15F no mata 2D
Quien crea que con el 15-F Chávez se quitó de encima la roña que le cayó el 2-D, se equivoca. 15F no mata 2D. Bien dice el refrán: el que pega primero, pega dos veces. De allí la lógica de la victoria del 23-N, que fue la segunda de la serie. Que se prepare para las que vendrán. Que las glorias del 15F no le durarán lo que un suspiro en un chinchorro. El daño del 2D y del 23N está hecho y es demasiado profundo. Un torpedo bajo la línea de flotación. No hay quién se lo quite de encima ni con varios 15-F. A quien se la ha faltado el respeto no una sino dos veces, que se cubra las asentaderas. Las tiene al aire. Y lo peor de todo: frente al estudiantado.
Chávez lo sabe. El G-2 lo sabe. La sala situacional lo sabe. Fidel y Raúl Castro lo saben. Obama y Hillary Clinton lo saben. Lula lo sabe. Quienes visitan los barrios populares lo saben. Se acabó el amor. Sólo quedan exigencias concretas en quienes no tienen otra forma de matar el hambre que estirando la mano y agarrando manque sea fallo: la beca, la misión, quince y último en una oficina pública, la paga. PDVSA, que ya está en quiebra. En Antímano o en Petare, en el Valle o en la Bombilla la situación es la misma que en todos los barrios de Caracas y de los restantes pueblos de Venezuela: el chavismo sólo cuenta con el respaldo del cuánto hay pa’eso. La revolución no tiene otro respaldo que la chequera. Aparte de la patota de fanáticos tipo Lina Ron, Valentín Santana y los desconocidos de siempre. Delincuencia política.
La chequera comienza a agotarse. El que tiene su casita, su ranchito, sus hijos estudiando con perspectivas de graduarse y salir a flote, el que tiene sus bienes ganados con el sudor de su frente y quiere progresar y seguir echando p’alante, el venezolano decente que no le debe un centavo a nadie ni necesita disfrazarse con una franela roja y montarse una cachucha para recibir una mesada está asqueado del chavismo, del malandraje, de la sinvergüenzura, del saqueo, de la prepotencia, de los abusos, de las violaciones y los atropellos rojo-rojitos. De los crímenes. Del pandillerismo político. De la Piedrita.
Esa es la verdad. El país decente que votó por el NO y lo hizo por pura conciencia sabe que el 15-F fue una estafa, un acarreo monumental, un fraude del tamaño de una catedral, si hubiera catedrales tan gigantescas como los fraudes que la Tibisay Lucena y el CNE – siguiendo las enseñanzas de Jorgito Rodríguez – facilitan y alcahuetean. El país de la decencia nacional sabe que en unas elecciones limpias y transparentes, en perfecta igualdad de condiciones, sin el brutal ejercicio de la represión burocrática del teniente coronel el NO triplica la votación del SÍ y el antichavismo arrasaría de calle. Puro matonaje. De revolución, ni la sombra.
De modo que la senda se acorta y los tiempos se aceleran. La economía se desbarranca, los fondos se evaporan. Al chavismo le espera un cuesta arriba que será su vía crucis. Volvemos a despertar del bonche como hace treinta años con CAP 1: con un ratón del tamaño de un elefante. Se acabaron los sueños de grandeza. Se acabó la regaladera, los dispendios, los maletines. Los chulos cubanos se quedarán con la mano estirada, encabezando la Corte de los Milagros: los Evo Morales, los Rafael Correa, los Zelaya, los Kirchner. Se arruinó Papaíto Chávez. Dilapidó la herencia. El pendejo se quedó con los bolsillos vacíos.
Pasarán algunos meses de maquillaje y retoques ficticios. Las reservas dan para seguir raspando la olla. No los tres años de que habla el comandante Fausto, pero sí los meses necesarios para montar un colchón de salvataje. Pero de que la verdad llega, llega. Y llegará. El Titanic comienza a hundirse, Señores. A coger salvavidas.
Que se prepare para los años duros, los de la batalla por la supervivencia. Que se vaya mirando en el espejo de Carlos Andrés Pérez. Se le viene el temporal encima. Repitió sus gigantescos errores sin copiarle ninguna de sus virtudes. Terminará peor. Escríbanlo.