Y ahora, los socialistas armados
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Buenos Aires (AIPE)- Siempre me pareció que cuando la izquierda condenaba a los gobiernos militares lo hacía más que todo por envidia. Es decir, querían tener esa capacidad de imponer sus caprichos por la fuerza de las armas. Pruebas de ello sobraban: la izquierda intentaba imponerse por medio de la violencia y el terrorismo, a la vez que admiraban a la más dura y asesina dictadura militar latinoamericana: la de Fidel Castro en Cuba.
Pero si alguien le queda alguna duda, mire a la izquierda que ahora es gobierno.
Desde su inicio, Néstor Kirchner produjo muy fuertes e inusuales cambios a las fuerzas armadas. Supuestamente para «democratizarlas», pero resulta evidente que eso poco le importa y lo que realmente le interesa es que le sean adictas. Otros casos aún más sintomáticos son los de sus amigos Evo Morales y Hugo Chávez, para no hablar del patético Fidel.
Evo Morales ha hecho mucho en poco tiempo. Empezó militarizando los campos petroleros, cuando los nacionalizó envalentonado por Chávez. Luego, el gobierno de Bolivia pidió a terratenientes brasileños desalojar predios situados a menos de 50 kilómetros de la frontera. «En caso de desacato, nosotros haremos uso de la fuerza», declaró el pacífico gobierno de La Paz. ¡Qué paz! Ahora, la militarización de Evo se extiende a la región de Santa Cruz, tras la decisión de desplegar custodia militar en reparticiones del Estado en esa región, la más rica y poblada del país.
Por su parte, Hugo Chávez, militar y golpista, se jacta de estar preparando la mayor fuerza de reservistas de Latinoamérica, inspirada en los combatientes del Vietcong. Y su gobierno justificó el reciente lanzamiento de misiles de Corea del Norte, señalando que los países tienen derecho a desarrollar su «tecnología misilística». Claro, para el gobierno en Caracas, la «tecnología» es aquella que sirve para destruir la vida humana.
El ministro de Información y Comunicación venezolano, William Lara, declaró estar muy ocupado preparando la gira del presidente Chávez a Argentina, Brasil, Rusia, Belarús, Qatar, Irán y Vietnam, por lo que no recibirá a la misión de la Sociedad Interamericana Explotadora de Periodistas, refiriéndose despectivamente a la Sociedad Interamericana de Prensa.
Durante el desfile militar del 5 de julio, conmemorativo del 195º aniversario de la independencia de Venezuela, Chávez señaló que el paso «elegante, patriótico, majestuoso de los soldados argentinos» es una buena señal para este «futuro de unidad» con las naciones suramericanas. Al agradecer la presencia de los presidentes de Argentina, Bolivia y Paraguay, sugirió una organización militar propia para Mercosur.
Chávez ya recibió 30.000 de los 100.000 fusiles AK-103 comprados a Rusia y anunció la compra de aviones de combate «Sukhoi», uno de los cuales sobrevoló durante la celebración oficial del día de la independencia.
Los próximos «fusiles Kalachnikov que lleguen… serán para el frente Francisco de Miranda», dijo Chávez, quién cifra sus esperanzas para el futuro en ese movimiento integrado inicialmente por 15.000 jóvenes entrenados en Cuba, organizados en escuadrones y que dependen directamente del presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Según Chávez, el Frente Francisco de Miranda es la «vanguardia», la «punta de lanza», «el hijo prodigioso de la revolución, y se van a ir convirtiendo en padres de esta revolución», afirmó durante un festival de camisetas rojas, al estilo de los «camisas pardas», la organización paramilitar nazi.
¿Qué clase de formación recibirá esa nueva élite juvenil venezolana? «La tortura es una práctica instalada en Venezuela», según informa la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, una ONG que ha reportado más de 300 casos no resueltos, donde están involucrados funcionarios policiales y militares que gozan de total impunidad bajo el socialismo del siglo XXI.
___* Analista político argentino.
