XX Cumbre de Río: la Democracia Sitió a la “Revolución” Desmontada la “Cayapa” Castrista
El Presidente de la República Dominicana; y anfitrión de la Vigésima Cumbre del Grupo de Río, Leonel Fernández, se anotó un resonante triunfo, que nadie creía posible: ponerle fin a la muy grave crisis regional provocada por una incursión militar colombiana en territorio de su vecino del sur; la República del Ecuador, para bombardear un campamento guerrillero de las FARC-EP.
La sincronía ideológica marxista de los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, dejó entrever; que tras bambalinas, la moribunda Revolución Cubana, había preparado una “cayapa” para arrinconar al gobierno colombiano; (percibido por ellos como un representante del ‘imperio estadounidense’)—como indubitablemente lo evidenció la solicitud de la delegación venezolana para que se permitiese ingresar al recinto donde estaban reunidos los jefes de estado; a la Sra. madre de Ingrid Betancourt y a la Senadora colombiana; Piedad de Córdova, “para que pudiesen hablar con los medios de comunicación”—y la propuesta de la delegación nicaragüense, para que a semejanza del Grupo Contadora, que medió entre las partes en conflicto hasta ponerle fin a la guerra civil centroamericana, “se nombrase a una comisión que ayudase a Colombia en la resolución de su ‘guerra civil’ contra las FARC”—ambas de cuyas propuestas no progresaron.
Adicionalmente; el silencio atronador, del Presidente de Brasil; Luiz Inácio Lula Da Silva, quien no asistió a la cumbre, unida a la postura “contra la polarización” de la Presidenta de Chile; Michelle Bachelet, y el llamado a retornar la legalidad internacional y regional, de la Presidenta de Argentina; Cristina Fernández de Kirchner, que lucieron más en sintonía con los llamados al entendimiento y a la búsqueda de soluciones de los Presidentes de República Dominicana; Leonel Fernández, de México; Felipe Calderón, y de Panamá; Martín Torrijos—dejaron ver claramente que los ya obsoletos postulados de la Revolución Cubana, son incompatibles con los postulados democráticos de la clara mayoría de los gobiernos de América Latina.
Hay que reconocer; que quien mejor leyó el ambiente arriba descrito, fue el Presidente de Venezuela; Hugo Chávez Frías, quien usando su tradicional estilo coloquial—reforzado esta vez con un comportamiento circunscrito dentro del tradicionalismo diplomático—y a pesar de que no pudo evitar la cara de asombro que puso el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; Felipe Calderón, cuando observaba fijamente al Presidente de Venezuela durante su intervención, contribuyó en forma decisiva a ponerle punto final a la confrontación entre cuatro países latinoamericanos.
Ojalá que las palabras del Presidente de Colombia; Álvaro Uribe Vélez: “olvídense del imperio; este es un proyecto autónomo colombiano”—que usó para describir al conjunto de políticas públicas que ha puesto en vigencia su gobierno desde 2002; sus palabras al Presidente de Nicaragua; Daniel Ortega: “Presidente; no confunda a una guerrilla que lucha contra una dictadura, con narcotraficantes y terroristas que intentan derrocar a un gobierno democrático”, le permitan ver a quienes describió como: “nostálgicos del comunismo”, que la Revolución Cubana—y todo movimiento guerrillero y / o “revolución” que siga sus lineamientos, ya no tienen cabida en una América Latina, claramente comprometida con la Democracia; con D mayúscula.
