Venezuela en las Naciones Unidas
Venezuela fue uno de los 51 países fundadores de la ONU en 1945. Desde el primer momento, defendió los principios fundamentales de la organización pero, por principio democrático y solidaridad con los demás países pequeños, criticó el derecho a veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
En 1947, antes de que Estados Unidos decidiera apoyar la creación del Estado de Israel, Venezuela, junto con Uruguay y en coincidencia con la URSS y su grupo “socialista”, respaldó el derecho del pueblo judío a poseer un Estado nacional en Palestina. Asimismo se destacó en la defensa de la descolonización y la autodeterminación.
Durante la década de dictadura militar (1948-58), Venezuela mantuvo en la ONU una línea de estrecha colaboración con los Estados Unidos en todo lo concerniente al anticomunismo y la guerra fría, aunque apoyó planteamientos del naciente “tercer mundo” en cuestiones de intercambio económico internacional.
Esta política cambió luego del 23 de enero de 1958. Desde ese año hasta 1998, Venezuela llegó a ser un país altamente respetado en la ONU por sus posiciones principistas y consecuentes. Fue firme defensora del principio del desarme general y completo bajo efectiva fiscalización internacional. Estuvo entre los activos promotores del Tratado de No Proliferación Nuclear, basado en la posición realista de que, si bien es deplorable que algunas naciones posean armas nucleares, peor sería el peligro para la paz si el armamento atómico proliferara y se extendiera al mundo entero. Asimismo seguimos siendo abanderados de la descolonización y de la búsqueda de un nuevo orden económico internacional. En el conflicto del Medio Oriente, mantuvimos una imparcialidad que ambos bandos reconocían y respetaban.
Por su seriedad y espíritu positivo, Venezuela fue elegida miembro no permanente del Consejo de Seguridad cuatro veces y ejerció su presidencia, así como también ejerció la de la Asamblea General. En toda su actuación dentro de las Naciones Unidas, su relación con Estados Unidos fue de respeto mutuo y de soberanía: la amistad iba mano en mano con múltiples desacuerdos y con una serena firmeza. Una de las cualidades que se apreciaba en Venezuela en la ONU, era su elevada confiabilidad en el cumplimiento de la palabra empeñada en acuerdos de apoyo recíproco para puestos y cargos directivos.
Esta actuación contrasta drásticamente con la actual situación de desprestigio en que Venezuela ha caído por la insensata ocurrencia de su presidente, de arrebatar a otro país latinoamericano la representación regional en el Consejo de Seguridad y de tratar de forzar su aspiración a golpe de gritos y realazos. La gran derrota sufrida después de tanta jactancia, era previsible e inevitable.
