Venezuela-Brasil
Antes de la llegada de Chávez al gobierno se habían creado unos mecanismos muy especiales en las relaciones entre Venezuela y Brasil. Comenzaban por entender que la integración comenzaba en la frontera y en tal sentido se le daba prioritaria atención a los Estados Bolívar y Amazonas y Roraima y Amazonas llegando hasta Belén de Pará. Era una extensa zona con una población que superaba con creces a la de nuestro país. Por tanto era un mercado muy importante al que debíamos atender hasta el punto que la balanza comercial entre ambas naciones era netamente superávit para la nuestra.
La ventaja venezolana consistía en su colocación geográfica al Norte de la América del Sur: era, por tanto la salida y la entrada por el Caribe y desde allí a los destinos norteamericanos y europeos. La lejanía de esas regiones de los centros de Brasilia, Río de Janeiro y Sao Paulo era evidente. Se llegó a hablar de Merconorte como complemento a Mercosur. Las relaciones crecían entre los Estados brasileños mencionados y Venezuela y en particular con los Estados Bolívar, Amazonas, el sur de Monagas y el sur de Anzoátegui. Con la terminación de la carretera de Manoa – Boa Vista (de Amazonas a Roraima) creaba una verdadera autopista que se enlazaba a través de Santa Elena de Uairén con el resto del país y en vía hacia Colombia. Aparecía la urgencia de ampliar el Puerto de Guanta y el segundo puente sobre el Orinoco, ya construido.
Este diseño integracionista contemplaba la aduana principal de Santa Elena de Uairén, el aeropuerto, el terminal internacional de pasajeros, el reordenamiento urbano de Santa Elena que sería transformada en un polo no sólo turístico sino como centro estudiantil. Se realizaban cursos de preparación de mano de obra especializada para los futuros desarrollos con participación del INCE y su equivalente brasileño.
Se entendían como necesidades básicas la electricidad y el agua. Lo primero fue resuelto con el tendido eléctrico que mereció el rechazo hasta el punto de derribar las torres que se construían operación en la que participaban sectores indígenas con Chávez y otros personajes del mundo “ecologista”. Lo del tendido se resolvió. Era una verdadera aberración que los pueblos del Sur de Bolívar sufrieran de apagones, como hoy lo siguen teniendo Ciudad Bolívar, Puerto Ordaz y el resto del el Norte de Bolívar. Como desarrollo de esta obra les tuvo darle fluido eléctrico a Boa Vista lo que reducía los costos y garantizaba una rentabilidad razonable.
Estos planes fueron suspendidos y sustituidos por una “diplomacia” personalista entre Caracas y Brasilia. Los mecanismos fronterizos se paralizaron. La balanza comercial se invirtió. Si sumamos los últimos 5 años el desbalance es enorme. Sólo en 2008 Venezuela exportó 98 millones de dólares a Brasil mientras éste exportó a nuestro país cerca de 6 mil millones de dólares. Dejo para otra ocasión lo relacionado con la vía fluvial, los ríos que nos unen, que vaticinaban un futuro promisor para Amazonas.