¿Tuvo un significado la crisis de la UNAM?
(%=Image(3596173,»R»)%) Durante diez meses los estudiantes de la (%=Link(«http://www.unam.edu.mx/»,»Universidad Autónoma de México»)%) –la más importante de ese país y una de las más importantes de América Latina-, la tomaron como resultado de la decisión en una asamblea votada por más de 100 mil estudiantes que decidieron repudiar las políticas neoliberales.
El presidente de la Nación, Zedillo, resolvió intervenirla para finalizar con el conflicto, no negociando sino reprimiendo, dejando como resultado un saldo de 737 estudiantes huelguistas detenidos.
El eje central del conflicto se inició por una baja en el presupuesto de la UNAM para 1999, seguido por la decisión del rector de aumentar las cuotas de las matrículas estudiantiles, como parte central de la política social neoliberal que busca eliminar los subsidios generalizados a la población en alimentación, salud y educación. Esto tiene que ver con el proyecto del gobierno –proyecto de todos los gobiernos latinoamericanos siguiendo criterios uniformes– de privatizar la educación.
El hecho, salvaje de por sí, no solo recuerda a los nefastos gobiernos militares que hemos sufrido durante décadas en América Latina, que han dado lugar a “noches” de represión, como la “noche de los bastones largos” en la Argentina, durante la dictadura del General Juan Carlos Onganía (1966-1972), en la que apalearon a profesores e investigadores, dejando como resultado, una fuga de cerebros que fue continuada y pronunciada por el gobierno peronista que estuvo entre 1973 y 1976 y culminada por la dictadura militar de 1976-1983. También dio lugar a la “noche de los lápices”, en la que la dictadura militar de 1976-1983 apaleó a estudiantes de la secundaria porque manifestaron contra el aumento del boleto estudiantil en los ómnibus.
En general, se puede hablar de muchas otras situaciones tristemente célebres, como la “carpa blanca” durante el gobierno “civil” de Carlos Menem, en la que ayunaron maestros por turno durante más de 1000 días sin conseguir que se aumentara el presupuesto para sueldos de los docentes.
En América Latina, han ocurrido permanentemente este tipo de arbitrariedades o faltas de respeto al pueblo, dando lugar a la destrucción y el atropello contra la educación y el pensamiento libre, a través del autoritarismo que necesita controlar y dominar por la fuerza y tener un pueblo sumiso, que no piense ni se manifieste.
También recuerda a los gobiernos pseudo demócratas y neoliberales latinoamericanos, obedientes a la ideología imperante neoliberal, que tratan a todos los que se quejan y están disconformes con sus medidas, que dejan como saldo desempleo, pobreza y debilitamiento del Estado en áreas estratégicas e importantes, como salud, educación y el manejo de sus políticas y economía, de “pequeños grupúsculos subversivos” que son dominados fácilmente mediante medidas represivas.
Estas situaciones no tienen otra explicación. Los únicos estudiantes que valen la pena para los neoliberales en América Latina son los que se formaron en la escuela de Chicago o Harvard, que traen ideas sobre cómo debemos ser para que EUA o las transnacionales puedan controlar nuestras economías y recursos.
¿Hay algo diferente de esto en las medidas que se vienen tomando, con las que se tomaban a través de gobiernos surgidos mediante golpes de Estado militar avalados por los gobiernos norteamericanos? Ayer eran dictadores, hoy son cipayos pseudo demócratas bien vistos por el “establishment”.
(%=Image(7034345,»L»)%)La educación en América Latina se ha transformado en una “inversión de riesgo”, donde el sector privado invierte en marketing, pero no en educación, a la vez que el Estado, a través del ministerio de educación, no establece controles de ninguna especie sobre la calidad de la educación impartida. Sea la forma en que se nombran o remueven profesores y autoridades, calidad de la educación y antecedentes curriculares de los profesores, muchos de los cuales son profesores que destinan parte mínima de su tiempo después de trabajar, a dar clases en la Universidad –que dejó de ser “universal”-, pero que no investigan ni publican en revistas científicas ni producen libros, solo leen lo último que salió, en el mejor de los casos, y que ha sido producido por otros profesores, que sí se dedican full time a enseñar e investigar, en Estados Unidos y/o Europa, y lo divulgan como verdad santa.
Las universidades latinoamericanas, además de haber dejado de ser universales, se dedican a “producir” profesionales, no investigadores ni generadores de ideas nuevas que resuelvan los problemas de desarrollo de nuestros países. Total para eso están los “genios” –Alvin Toffler, Fukuyama, Kissinger, etc..– de Estados Unidos y/o Europa que vienen a nuestra región a bajar línea y decirnos si vamos bien o mal.
Estas medidas son tomadas por gobernantes, como Zedillo, formado en Harvard, o el que fuera Ministro de Economía del gobierno de Carlos Menem, Domingo Cavallo formado en Harvard, y continuadas por el Ministro de Economía siguiente, Roque Fernández, formado en Chicago; etc..
Roque Fernández dijo reiteradamente a la prensa, que estaba orgulloso de haber hecho su carrera de postgrado en Estados Unidos, porque las universidades argentinas eran de muy baja calidad académica; sin embargo se negó permanentemente a aumentar el presupuesto educativo que siempre, no importa el gobierno vigente y en qué momento de la historia del país, fue el más bajo.
En América Latina en general, toda queja del pueblo, toda manifestación estudiantil, es catalogada por los gobernantes de turno, como actitud subversiva. Zedillo no es excepción a esta regla. Cuando los gobiernos quieren aplicar medidas neoliberales, que perjudicaran al pueblo y no retroceder, invitan a negociar en sus condiciones para convencer que todos se beneficiarán, y si encuentran resistencia, tratan a los que se quejan, de subversivos y les dan como respuesta la represión.
Esto ha hecho Zedillo en Chiapas y lo hace con la UNAM. El objetivo de su gobierno no es negociar, ni siquiera satisfacer las demandas del pueblo. Su objetivo central es la aplicación de la ideología neoliberal. Para ello, todo tiene que ser rentable. La educación, no es considerada una “inversión” sino un “gasto”. Sea México, Argentina o cualquier país de América Latina.
Los latinoamericanos estamos acostumbrados a esto y no hacemos nada para cambiarlo. Miramos con morbosidad el mal trato permanente al que los gobiernos –diz que democráticos– someten, sean estudiantes, profesores, maestros, jubilados, trabajadores, desempleados, etc.. Todo en aras de que el inversor o el empresario esté conforme y se quede en el país.
En estos días, la gran noticia mundial, ha sido la manifestación multitudinaria que se realizó en Austria por ciudadanos austriacos y de otros países europeos, contra el neo-nazi Haider. El propio gobierno norteamericano, que jamás hizo nada contra dictaduras militares o civiles en América Latina, expresó su preocupación y amenazó con tomar medidas para aislar al gobierno de Austria.
¿Llegará algún día en que el pueblo latinoamericano haga manifestaciones multitudinarias contra los dictadores pseudo demócratas vende patria, en vez de elegirlos en las urnas, más allá de que es grosera y grotescamente evidente que mienten en sus campañas proselitistas?
¿Llegará algún día en que el pueblo latinoamericano decida ser partícipe de la construcción de su futuro?
No hablo de “subversión”, hablo de “construcción”.