Opinión Internacional

Terrorismo, Colombia y Venezuela

El atentado terrorista en el club social El Nogal de Bogotá no es una simple escalada en el interminable conflicto armado interno colombiano. Con este atentado, las FARC dan un salto de calidad definitivo en el largo proceso que convirtió una guerrilla ideológica en grupo terrorista, apoyado y financiado por el narcotráfico. En efecto, lo que define a una acción violenta como terrorista es que sea indiscriminada y que el objetivo planificado, explícito y evidente de esa violencia sea la muerte de víctimas civiles inocentes, como niños, mujeres, ancianos y extranjeros, no involucrados en el conflicto. Es importante aclarar que ésta no es la primera vez que las FARC matan a inocentes, sin embargo anteriormente las víctimas civiles habían muerto por lo que los militares llaman “daños colaterales”. En ese caso, las víctimas inocentes se producen como consecuencia no deseada de un atentado dirigido a un objetivo militar, como una estación de policía o un cuartel militar, en el cual unos desafortunados paseantes son víctimas del fuego cruzado entre las partes o de los efectos de una explosión. El atentado contra El Nogal tenía como objetivo el desplome total del edificio, por cierto el mismo objetivo del ataque contra las “Torres Gemelas” de Nueva York. En ese caso, las víctimas hubiesen sido mucho más numerosas que los casi 40 muertos y más de 160 heridos. Para colmo de inhumanidad, los 200 kilos de explosivo se activaron un viernes en la noche, en una de las horas de mayor actividad social del club. Los fanáticos islámicos se justifican diciendo que su objetivo es matar infieles, los extremistas irlandeses cometen atrocidades contra sus atávicos “enemigos de religión”, la ETA atenta contra el “extranjero” español o el traidor desnacionalizado. Todos deshumanizan al enemigo, sin embargo ese enemigo es un “otro” , otra raza, otra religión, otra nacionalidad. En Colombia, entre los terroristas y sus víctimas no hay diferencias de raza, religión o nacionalidad y en relación a las diferencias de “clase”, quizás sería conveniente recordar a los numerosos y desafortunados trabajadores de servicio y seguridad del club. Este atentado es un directo y legítimo heredero de los atentados terroristas indiscriminados que el “capo” del narcotráfico Pablo Escobar ordenó a finales de la década de los ’80 y deslegitima definitivamente a la actual dirigencia de las FARC como un actor político y la convierte en criminal. La comunidad internacional civilizada apoyará, con mayor contundencia militar y policial, al gobierno Uribe. El Presidente Bush ya lo anunció. En este contexto, la reciente denuncia de la Canciller colombiana Carolina Barco en relación con el inexistente apoyo de la Fuerza Armada venezolana en el control de la frontera y la consiguiente conversión de los estados fronterizos venezolanos en un “santuario” de terroristas, adquiere una gravedad especial. Quizás habría que recordar que la delirante carta de Chavez al “distinguido compatriota” terrorista “El Chacal”, termina así: “con profunda fe en la causa y en la misión, ¡ por ahora y para siempre !”

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba