Terremoto moral en el hemisferio
El hemisferio occidental, con contadas excepciones: Costa Rica, Chile, Canada y USA (?) está en ruina moral. Los escombros de las instituciones pueden verse por doquier. Los líderes han dejado de serlo, si es que alguna vez lo fueron.. Se ven cosas que parecen irreales por lo absurdo. Ejemplos: José Miguél Insulza, un invertebrado moral al frente de la Oganización de Estados Americanos, es candidato único a la re-elección, con el visto bueno y entusiasta del sector diplomático del hemisferio. Ese caballero había sido el reemplazo apresurado de Miguél Angel Rodriguez Echeverría, obligado a salir de su cargo un mes después de instalado por cargos de corrupción en su nativa Costa Rica. Juan Manuél Zelaya, ex-presidente de Honduras, violó la constitución de su país, fue sacado de la presidencia por el congreso y la corte suprema de justicia y, como resultado, el país fue excluído de la OEA y sus nuevas autoridades desconocidas por los gobiernos del resto de la región. Fernando Lugo, presidente de Paraguay y obispo, ha sido acusado por tres mujeres de ser el padre ilegítimo de sus hijos. Daniél Ortega, presidente de Nicaragua, violó a su hijastra por 14 años, con el asentimiento de su esposa, quien se perfila como fuerte candidata a reemplazarlo en la presidencia del país. Rafaél Correa, presidente del Ecuador, es un líder autoritario y abusador que interviene abiertamente en los procesos judiciales de su país (Caso Chevron), tiene un hermano que hacía negocios con el estado hasta que fue denunciado y un padre que fue mula del narcotráfico y llevado a prisión en USA por esa razón. Evo Morales, violador de la constitución, acaba de nombrar a dedo a 18 magistrados de la Corte Suprema y de otros tribunales del país y persigue a la disidencia política con una saña que enorgullecería a Hugo Chávez. La candidata del gobierno brasileño para reemplazar a Lula, Dilma Roussef, también conocida como Luisa, Wanda o Patricia por la policía, es una ex-secuestradora, asaltante de bancos y hasta acusada de asesinato en su juventud. El nuevo presidente del Uruguay, José Mojica es un ex-terrorista urbano, tupamaro, aunque ahora reformado y suavizado por los años. Hugo Chávez, presidente de Venezuela, ha sido un verdadero terremoto de once años de duración, un cataclismo que ha producido 170.000 muertes y la ruina física y espiritual del país. Cristina Kirchner, presidente de Argentina, es una parásita de Chávez y está acusada, junto con su esposo, de robo del erario público en su país. Raúl Castro, dictador Cubano, es un asesino y un implacable enemigo de la libertad.
No les parece que esto es como mucho? Nos hace pensar en el acertijo de como hacer pasar un elefante inadvertido en la plaza mayor. Respuesta: mezclarlo con una manada de elefantes. Este grupo arriba mencionado constituye una manada de elefantes en la cual cada elefante individual pasa inadvertido. Ser elefante es lo normal, la carencia de principios es lo normal.
Hay que ver el espectáculo de este grupo de tullidos morales reunido en cumbres solemnes, hablando de democracia, de derechos humanos y libertad, mientras tragan y beben con la satisfacción del deber cumplido, dándose fuertes palmadas de solidaridad en sus espaldas (yo te rasco, tu me rascas). Cada quien llega en lujosos aviones como el Airbus de Chávez (o coleados mientras les llega el propio, como Evo Morales). Se presentan con atavíos diseñados a la carta, para resaltar sus “personalidades”.Chávez con un horroroso uniforme color de perro mojado corriendo y franela roja. Evo con camisa indígena, Correa de guayabera bordada. Ortega siempre presentando un sucio y descuidado aspecto. Cristina vestida de modisto, cambiándose tres veces al día, pero sin poder ocultar su cara ajada. Lugo, Castro y Lula de guayaberas blancas, lo único impoluto que tienen por dentro o por fuera.
Se reúnen como si todo estuviera bien en sus países y hablan de soberanía nacional, de no intervención y de cuan bonito sería armar una organización nueva que no incluyese a USA y Canadá, países “forajidos” donde funcionan las instituciones, algo que pudiera ser contagioso. Hasta líderes más decorosos como Uribe, García, Bachelet, Piñera, Martinelli y Calderón, se sienten frecuentemente obligados a deslizarse en la dirección de la mayoría. Bachelet apoya a Insulza “porque es chileno” y Piñera acepta esta descortés imposición “por razones de estado”. Calderón y Uribe guardan silencio frente a la propuesta de una nueva OEA sin USA y Canadá, mientras el Sub-Secretario de USA para América Latina, Arturo Valenzuela, llama al proyecto “un paso integrador”, perspectiva curiosa sobre lo que luce claramente como una resta y no una suma. Hasta Oscar Arias se manda un notable discurso en Cancún, donde hace trizas a Chávez pero, eso sí, sin nombrarlo. El embajador de Panamá en la OEA es el único que llama al pan pan y al vino vino, la excepción de dignidad que confirma la regla de lo vergonzoso.De vez en cuando, como pequeños oasis de dignidad en la mitad del Sahara moral , se escuchan un “por qué no te callas?”o un “sea varón”, reconfortantes aunque insuficientes.
Porque aún los mejores hacen la defensa de la democracia veladamente, como si hubiera que pedir excusas para defender la justicia, la libertad y los derechos humanos. Que diablos nos está pasando? Un autor de ciencia ficción tendría un buen tema para escribir acerca de un poderoso veneno enviado por seres extra-terrestres a fin de llevarnos al suicidio ético.
Es necesario que todos los ciudadanos dignos del hemisferio se rebelen contra esta avasallante mediocridad.Tenemos el derecho y el deber de exigir líderes dignos que reemplazen el grupo moralmente bonsai.Yo no acepto este estado de cosas y no lo aceptaría así fuese el único disidente del hemisferio. Pero somos muchos, aunque el silencio sea ya estruendoso.