Se consolida el comunismo en América Latina
(%=Image(8022526,»L»)%)Buenos Aires (AIPE)- Hasta en Chile, el país más libre de América según el Indice de Libertad Económica 2005 publicado por Heritage Foundation y el Wall Street Journal, se cuestionan las privatizaciones. El presidente Ricardo Lagos declaró que «no ha habido ningún robo, salvo los robos de las empresas públicas que ahora son privadas», ofuscado por las denuncias de corrupción a raíz de los contratos de organismos del Estado concedidos a parientes y amigos suyos. Peor es la situación en Argentina, donde la mayoría de la opinión pública quiere volver a estatizar las empresas privatizadas y esto es poco comparado con lo que sucede en otros países de la región.
Bolivia atraviesa momentos de seria inestabilidad política debido a que una minoría, radical y violenta, liderada por un productor de coca con sórdidos negocios, Evo Morales, quien se declara como admirador de Fidel Castro, provocó disturbios en demanda de la nacionalización de los hidrocarburos.
Asustado, el gobierno provisional nombrado para convocar elecciones anticipadas aprobó tres “decretos supremos” para aplicar la Ley de Hidrocarburos promulgada el 17 de mayo, que establece la recuperación del control estatal en “boca de pozo”. Y se crea, con carácter retroactivo a mayo, un impuesto a la producción de 32% adicional al fijo del 18%, se establece un sistema estatal de fiscalización de los trabajos de las compañías y se encarga al Ejército y a la Policía del control de las instalaciones de las petroleras que operan en el país, la mayoría de ellas extranjeras. «Se está dando inicio, arranque real y efectivo a la nueva empresa (estatal) YPFB», dijo el gobierno.
Están siguiendo el de Chávez que, a pesar de la riqueza petrolera ha empobrecido a Venezuela con un estatismo desenfrenado. Ahora, la relación con Cuba se fija como punto de referencia para reorientar las relaciones solidarias entre todos los países de la región, aseguró el ministro venezolano de Relaciones Exteriores, antes del inicio de la I Cumbre Energética de Jefes de Estado del Caribe, que se celebró en su país con la presencia de Castro y representantes de otros 14 países.
Caracas propuso una unión petrolera llamada Petrocaribe, que podría garantizar productos derivados de los hidrocarburos con un descuento de hasta seis dólares por barril, y dar más facilidades que los acuerdos de San José y Caracas, a través de los cuales Venezuela y México garantizan petróleo con descuento y a crédito a naciones del Caribe y Centroamérica.
Venezuela, quinto exportador mundial de crudo y único país latinoamericano miembro de la OPEP, tiene una cuota de producción de 3,1 millones de barriles diarios y vende aproximadamente 1,5 millones de barriles diarios a EEUU. Así, irónicamente, los dólares del norte financian la expansión comunista en el Caribe.
Por cerca de una década han existido puestos en la calle, en distintos puntos de La Habana, donde personas venden alimentos, bebidas y otras cosas. Pero el gobierno cubano cerró los kioscos, unas 2000 pequeñas empresas, anunciando que en su lugar funcionará un órgano estatal. Este es el último paso de una campaña para desandar las muy débiles reformas pro mercado que Castro se vio obligado a permitir a principios de los 90 después de la caída de la Unión Soviética que subvencionaba a la isla. Pero ahora Chávez le proporciona petróleo barato y a crédito, mientras que China le da préstamos suaves. Así, Castro a principios de este año declaró formalmente terminada la crisis producida por la caída de la Unión Soviética.
En los años 90, en Cuba había 240.000 emprendedores con licencia, manejando restaurantes o cafés basados en las casas o trabajando como peluqueros y maestros. Actualmente, el número ha caído bajo los 140.000. A los negocios extranjeros pequeños y medianos les está yendo un poco mejor que a los locales. Aun así, más de la mitad de las 800 compañías extranjeras registradas en 2000 se han ido de Cuba y otras 400 empresas de las zonas de libre comercio. De las 700 sociedades con compañías extranjeras quedan menos de 300. La mayoría de las que se fueron lo hicieron silenciosamente. Un administrador declaró que era imposible hacer negocios en la isla por la existencia de una organización caótica en la economía.
(*): Analista político argentino.