¿Se aisla Israel?
La decisión del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, de ordenar el retiro del embajador de Venezuela en Israel, Héctor Quintero, el viernes pasado no solamente es un adelanto de lo que se le viene encima a Israel sino que es, además, una señal de que Israel debe cesar en sus ataques genocidas en contra del pueblo libanés, el cual, finalmente, no tiene nada que ver con el terrorismo desatado por algunas fuerzas minoritarias palestinas, como es el caso la Yihad Islámica cuyo objetivo es la «guerra santa» (Yihad) y la destrucción del Estado de Israel.
La Yihad no tiene un brazo político que actúe en la construcción de infraestructura social, como es el caso de HAMÁS, sino que se centra en la perpetración de atentados y la lucha santa. La Yihad Islámica está vinculada al grupo terrorista Hizbulá, que actúa en el sur de Líbano. El apoyo financiero procede de Irán y su base se encuentra en la capital de Siria, Damasco.
Estos grupos fanáticos crearon, en la práctica, un Estado dentro de otro Estado, usando para ello la debilidad militar de El Líbano, país que no tiene fuerzas armadas. Desde El Líbano, esporádicamente, efectuaban atentados en contra de Israel, finalizando, hace tres semanas, con el secuestro de un soldado israelí. La respuesta israelita fue desproporcionada, moviendo un aparato militar al principio de 20 mil hombres, para llegar en la actualidad a unos 300 mil, usando sus fuerzas de aire mar y tierra para destruir la infraestructura libanesa y asesinar a cientos de infantes y ancianos. Del soldado secuestrado, nunca más se supo.
En principio, si Israel se sentía amenazado, debió haber pedido a la ONU una fuerza de pacificación y no tomar la justicia en sus manos. Esto es lo que mayormente ha provocado la reacción, por lo demás dura, del presidente Chávez, quien, seguramente, será seguido por otros mandatarios latinoamericanos.
Es posible que Chile llame a su embajadora en Jerusalén para consultas, lo cual significa una reprimenda diplomática para el gobierno israelita. Es posible que hasta Kirchner, quien es semita, comprometa a su gobierno llamando a su embajador y lo mismo, seguramente, harán Cuba y Bolivia.
Chávez esta vez ha tenido la razón y se ha anotado un reconocimiento internacional con su gesto que, de paso, es un nuevo desafío a las erradas políticas norteamericanas en el Medio Oriente.
El mundo le pide a Israel que cese la agresión para que se reestablezca la paz, pues no podemos aceptar los chantajes como el del Presidente de Irán que dice que para lograr la paz hay que destruir a Israel. Otros, más cínicos, dicen que “Hizbulá debe deponer las armas para que ella paz y que Israel debe mantenerlas para seguir existiendo”.