Sarkozy y Chávez: ¿Un encuentro oportuno?
El nacimiento de la Republica de Venezuela está marcado por la influencia de los ideales de la Revolución Francesa hasta el punto de que el Precursor Francisco de Miranda aseguro un lugar de honor en el Arco del Triunfo por su participación en Valmy.
Tanto gobernantes como opositores, se proclamaron defensores de los principios de “Liberte, Egalite, Fraternite” durante los Siglo XIX y XX, bandera que se mantiene vigente aun cuando hayan transcurrido más de dos siglos desde el 14 de Julio de 1789.
El encuentro entre los Presidentes Chávez y Sarkozy el próximo 20 de Noviembre debe tener una agenda basada en la memoria institucional de las relaciones de Estado franco-venezolanas. Limitar el Encuentro Cumbre para adelantar una agenda oportunista solo en lo humanitario y comercial, no es acorde con la tradición Republicana de ambos países.
Este encuentro se realiza en una fecha inoportuna a tan solo 12 días de un referéndum Constitucional muy polarizado por el rumbo inconstitucional de una Reforma considerada totalitaria por la mayoría de venezolanos. Deja además en el vacío a profesionales formados en Universidades Francesas inspirados por los principios de democracia, descentralización, derechos humanos, ciencias políticas y en general por variadas disciplinas que deberían pautar el desarrollo integral de Venezuela.
Es cierto que tampoco fue oportuno el apoyo de Chávez a la candidatura fracasada de Segolenne Royale, haciendo uso del mismo tipo de imprudencias rechazadas en América Latina, que demuestran la ingerencia indebida en las elecciones francesas, declaraciones que por cierto hoy se encuentran en el “baúl de los olvidos”.
En relación a la agenda, si bien todos los venezolanos estamos esperanzados en que una facilitación diplomática pueda encontrar una solución humanitaria que de fin al secuestro de Ingrid Betancourt, ello no puede hacerse exaltando a los guerrilleros en detrimento de la Democracia en Colombia. Si bien los venezolanos vemos con entusiasmo que aumente el comercio, este debe beneficiar a ambas partes, y no puede permitir que empresarios y trabajadores no Chavistas, sean excluidos de empresas francesas por un régimen de “apartheid” basado en la Lista de Tascón o la exclusión de los expulsados de PDVSA.
La agenda no puede dejar de lado temas como la integración euro-andina, o el cumplimiento de los compromisos internacionales, ya que seria inadecuado esconder diferencias sobre temas como el peligro nuclear iraní, o la confrontación primitiva contra Estados Unidos e Israel, o descuidar temas sobre los derechos humanos, la libertad de expresión, o el papel de las ONGs. Seria recomendable que el Quai d’ Orsay escuche antes de la Cumbre a sectores venezolanos y se mantenga la visión histórica de Estado.