Opinión Internacional

Rigoberta a la Presidencia

“La democracia necesita de la virtud, si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular”.- Juan Pablo II

Guatemala ha sido uno de los tantos países centroamericanos con una historia plagada de violencia militar, luchas intestinas, corrupción, masacres y persecución. La violencia se institucionalizó por casi 40 años, llegando a su cenit durante la presidencia de un militar fanático religioso, Manuel Ríos Montt, quien en tres años asesinó a más de 200 mil guatemaltecos, entre ellos a la familia de Rigoberta Menchú, quien nació en 1952 y obtuvo a los cuarenta años de edad, el Premio Nóbel de la Paz 1992, merecido galardón por su contribución a la paz entre la guerrilla izquierdista y el gobierno guatemalteco.

Rigoberto, hija de indígenas mayas, comenzó a militar, a los 19 años, en el Comité de Unidad Campesina (CUC), mientras el ejército nacional llevaba a cabo su campaña de «tierra arrasada» contra la población sospechosa de pertenecer a la oposición armada.

Su familia, desapareció durante ese período. Según sus testimonios, su hermano menor fue secuestrado y asesinado por el ejército, su padre quemado vivo junto con otros veintinueve ocupantes de la embajada de España y, pocos meses después, su madre también moría torturada.

Rigoberta Menchú, como todos los personajes que de alguna manera fueron tocados por la violencia es, obviamente, querida por muchos, criticada por otros y odiada por una minoría que ha manejado el poder político y económico a su antojo. Muchos la acusan de comunista por su amistad con Castro, Chávez y Morales. Sin embargo, la Menchú, como le dicen partidarios y detractores, tiene claro que hay que devolverle a los pueblos originarios su dignidad y la justicia que se les negó por tantos siglos.

Para lograr su cometido, Menchú ha optado por considerar la posibilidad de ser candidata a la Presidencia de la República de Guatemala, país que al parecer ha ido consolidando la democracia y daría, ahora, posibilidades a una indígena de competir por el cargo. Las elecciones guatemaltecas están pautadas para septiembre de este año y el período sería desde 2008 al 2012.

Rigoberta Menchú, no tiene claro aún si recibiría el apoyo de organizaciones políticas de izquierda y de centro izquierda, en donde hay líderes que creen tener oportunidad de competir y ganar el sillón presidencia.

Si la líder indígena acepta competir y gana, sería la primera mujer centroamericana, después de Violeta Chamorro en Nicaragua, en asumir la Presidencia de la República.

Sandino Asturias, hijo del desaparecido comandante guerrillero Rodrigo Asturias, dijo que se estructura el llamado Movimiento Amplio de Izquierda (Maiz), vinculado a la ex rebelde Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y no descartó un eventual diálogo con Menchú para tratar temas relacionados con los próximos comicios, como la nominación presidencial de los grupos izquierdistas.

Por otro lado, la diputada izquierdista y ex activista de derechos humanos, Nineth Montenegro, líder y fundadora del Encuentro por Guatemala, informó que espera la respuesta de Menchú de aceptar la nominación.

Rigoberta Menchú planteó claramente que:»Aunque pueda haber alianzas entre algunos partidos y sí me puedan dar cabida en las elecciones, yo no me iré sola, sino que irán conmigo todo el pueblo indígena de Guatemala, con ese avance extraordinario que tenemos en materia de multi-culturalidad, en ese contexto haremos por fin un gobierno plural, pero si no se dan estas condiciones en esta elección tendremos que esperar hasta el 2012″. Esto es lógico considerando la división que existe en Guatemala en los sectores de izquierda, los cuales están atomizados en decenas de partidos y movimientos, cuyos líderes, al igual que el resto de sus congéneres latinoamericanos, creen tener, cada uno por separado, la verdad absoluta en materia de revolución y gobernabilidad.

Una cosa está clara: el rol de las mujeres en la alta política es cada día más importante en el ámbito mundial. En Estados Unidos, es posible que la senadora Hillary Clinton, compita por el sillón de la Casa Blanca, en Francia también hay una fuerte presencia femenina con Segolene Royal, quien podría ser la próxima presidenta de ese país.

Al parecer, Rigoberta Menchú, quien tiene fama de buena negociadora, no en vano obtuvo un Premio Nóbel por ello, logrará el consenso de los guatemaltecos y podría ser la próxima presidenta de su país, lo que significaría, según sus palabras, elevar a su pueblo a posiciones políticas jamás antes tenidas debido a la persecución de que habían sido objeto.

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