¿Quo Vadis Mercosur?

El balance de la última cumbre del MERCOSUR, realizada en la ciudad de Córdoba, Argentina, no puede ser más desalentador, después de que se transformara en el circo político-social de los presidentes Fidel Castro Ruz, (reelegido desde hace casi cincuenta años por el 99,999% de sus coterráneos), Hugo Chávez Frías, devenido en el Delfín del anterior (pero reelegido solamente por el 77,999% de los votos, perdón de la s máquinas), Evo Morales, quien aún no es dictador pero está aprendiendo rápidamente y, pronto impondrá las máquinas de votación. Estos animadores de la fiesta, le empañaron el brillo a Kirchner (El Cobero, como le dicen ahora en Chile, por lo mentiroso), a Lula y a Michelle, quienes estaban, equivocadamente, en la onda de hacer negocios; o , al menos, en intentar conversar de integración.

Aparte del “show” de los tres “revolucionarios”, la verdad es que allí en Córdoba, no pasó nada; nada de nada, nadita nada, como dice la canción… Allí no se tomaron decisiones futuras; no se tomaron decisiones ni políticas, ni económicas ni, menos, integracionistas. Entonces, se preguntan los chilenos de la calle y de los concurridos cafés de Ahumada, ¿qué pasó allí? Hasta las cenas fueron un fracaso. Por ejemplo, Lula Da Silva enojado por el protagonismo de Fidel y de Hugo, no quiso asistir a la cena en honor al dictador cubano.

En Córdoba, en lugar de hablarse de integración se habló de antiimperialismo, pero no del imperialismo petrolero que se está metiendo en todos los países, sino del norteamericano que fabrica guerras de verdad.

A pesar de lo sucedido, la callada diplomacia chilena se siente satisfecha. Córdoba le sirvió a los chilenos para sumar y no para restar.

Mientras los “tres jinetes del Apocalipsis” se ensalzaban mutuamente (y de paso al dueño de casa) y hablaban en contra del imperio, la presidenta Bachelet trataba de hacer renacer el ABC, lo consiguió en parte. Brasil y Chile, están más unidos que nunca. Lula no solo es pragmático sino que un social demócrata como Bachelet. Kirchner, a pesar de sus promesas a última hora cambió de parecer y optó por irrespetar el acuerdo con Bachelet y ordenó a su ministro de energía, además, de insultarla, en una rueda de prensa. En estos momentos, las relaciones entre ambos mandatarios son difíciles, por no decir, extremadamente malas, aunque en política nunca se sabe…

La presidenta Bachelet, aprovechó de tender puentes con Evo Morales, quien terminó diciendo que no habría problemas en suministrarle gas a Chile. Y, por si acaso, la Presidenta tendía lazos, aún más estrechos con los representantes Peruanos. En la toma de posesión de Alan García se acordó llevar adelante un TLC entre ambos países, lo cual significará el aumento de las inversiones chilenas en Perú; pero, además, Chile se compromete a invertir en la industria petrolera peruana y de desarrollar un gaseoducto de 250 kilómetros entre ambos países. Kirchner, después, ya buscará a quine venderle gas.

Al parecer, a Chile le salió casi todo bien. Bachelet llevaba debajo de la manga, una carta muy fuerte. Esta era la posibilidad de Chile de retirarse del MERCOSUR y fortalecer el CAN, cuestión que hará con Perú y Ecuador, aprovechando la ida de Venezuela.

La retirada chilena del MERCOSUR significaría que los productos de exportación de Argentina, Brasil, Paraguay, y Uruguay, perderían los puertos chilenos, considerados entre los mejores del mundo y, también, significaría un aumento violento en los costos de las mercancías debido a que la navegación hacia los países asiáticos y Oceanía habría que hacerla a través del Canal de Panamá.

El futuro del MERCOSUR es verdaderamente preocupante. Venezuela llegó allí a imponer ideas políticas y no comerciales. Llegó a imponer un pensamiento único que es contrario a la diversidad que debe existir en un esquema integracionista. Europa es fuerte en su integración pues ha respetado la diversidad de sus miembros, cosa que Chávez, no está dispuesto a hacer. Para Lula Da Silva, todo esto es un reto. Para Kirchner, no hay problema. Él sabe que no será reelegido a la primera magistratura argentina, pues el 17% con que cuenta, según encuestas que se manejan en Chile, jamás lo llevarían nuevamente a la presidencia, a no ser que suceda el fenómeno que ocurrió con Menem, según el cual los argentinos votaron según ellos creían, era el mal menor. ¿Cómo se equivocaron?…