¡Pura vida!
Acabo de regresar de Costa Rica, donde asistí con algunos compañeros de Unión Radio al Foro de la Alianza para una Nueva Humanidad, que fundó Deepak Chopra, quien la preside, y que cuenta entre sus fundadores y entusiastas aliados al presidente de Costa Rica y ganador del Premio Nobel de la Paz en 1987, Óscar Arias Sánchez.
Fue mi primer viaje a Costa Rica, y sólo espero que sea el primero de muchos: quedé encantada con el país: su gente, su progreso, su apertura, su democracia, su sistema de vida¿
Me contó José Luis Estela, un amigo venezolano que está residenciado allá, que hace poco conoció a un taxista español quien le contó que su decisión de quedarse a vivir en Costa Rica la tomó hace muchos años, cuando recién llegado allá tuvo una discusión airada en una cafetería del centro de San José con otro señor¿ que resultó ser nadie más y nadie menos que el presidente de la República. Sin guardaespaldas, sin escoltas, como un ciudadano común, estaba tomándose un cafecito. «Si yo podía encontrarme, tomarme un café y hasta discutir con el mismísimo presidente, decidí que este era el lugar donde quería vivir¿», le dijo emocionado el español.
De hecho, la inauguración del foro se llevó a cabo en el Museo Nacional, y en la puerta había un grupo de manifestantes en contra de Óscar Arias, por su apoyo al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y el presidente Arias tranquilamente pasó al lado de ellos. Había sólo unos cuantos agentes de policía. Costa Rica cumple este año 60 años de «haberle declarado unilateralmente la paz al mundo», como dicen con orgullo los ticos refiriéndose a la abolición del ejército, y de verdad deben sentirse muy orgullosos de ello. Ojalá los demás países del mundo siguieran su ejemplo.
Entiendo y comparto las muchas razones por las que los ticos se sienten orgullosos de su país: Costa Rica ocupa el primer lugar en América Latina en grado de democracia, libertad de expresión, desempeño ambiental y competitividad turística. Es uno de los primeros países en calidad de vida y paz global. La educación y la cultura son prioridades absolutas. La moneda es estable y las inversiones tanto nacionales como extranjeras llueven como arroz.
Costa Rica es pura amabilidad, pura prosperidad, pura maravilla. Como dicen ellos, ¡pura vida!