Perdedores y ganadores
Casi todo ha sido escrito en relación con la crisis diplomática, política y militar entre Ecuador y Colombia y de que manera el mismo fue aprovechado para levantar a las izquierdas del continente en contra de Colombia.
Quiero detenerme sobre lo que aun no se ha dicho y es que fue muy evidente como en este episodio vergonzoso se cumplió con un plan mediático estratégicamente calibrado para atraer la atención del Hemisferio y de todo el mundo. Los que lo montaron, sin duda lograron ocupar mucho centimetraje en la prensa escrita, digital y televisiva y consiguieron mantener en vilo a muchos actores en espera de un desenlace que podría haber sido fatal e irresponsable. .
Pero lo lograron a un importante costo para estos países, todos componentes del eje radical de las izquierdas latinoamericanas: Ecuador, esta vez como cabecilla, Venezuela como cómplice y Nicaragua como tonto útil. La distancia y la prudencia de Bolivia queda aun por ser discernida y el tibio pronunciamiento de Cuba igualmente.
La estridencia puesta en marcha para captar atención funcionó pero se convertirá en un bumerang en contra de sus propulsores por que junto con el desacierto militar de Colombia, del cual ya se pidieron las excusas a que había lugar, lo que si quedó diáfano y claro fue el aval de Ecuador, de Venezuela y de Nicaragua a la subversión guerrillera, hoy execrada y castigada no solo por los Estados Unidos, sino por la mayor parte del mundo libre. Una cosa es ser cómplice “sotto voce” y otra es cacarearlo con orgullo. ¿Alguien podría explicarles a Yolanda Pulecio y a los hijos de Ingrid Betancourt que los salvadores de Ingrid, son, a la vez los cómplices declarados de quienes la mantienen secuestrada?. En ese terreno salieron todos perdedores, pues.
Y el gran ganador fue Alvaro Uribe. Por que al contrario de nuestro jefe revolucionario que tiene entre manos un proyecto de espectro continental – su tuerto engendro de Socialismo del Siglo XXI- Alvaro Uribe apenas tiene en mente una meta doméstica, puramente colombianista, que es trazar una ruta militar para la construcción de la paz. Y en este terreno asumió enormes riesgos, pero milimétricamente calculados para obtener una gigantesca victoria militar tratando de generar el menor de los destrozos. Estuvo a punto de llevarse en las astas dos relaciones vitales para Colombia, Ecuador y Venezuela, pero con enorme habilidad recogió velas y consiguió, de cara a los suyos, alivio y solidaridad, dos condiciones para continuar una lucha que no se anuncia ni fácil ni corta. Y se armó de información vital que estará a su disposición para usarla sabiamente en el futuro: la de los computadores de Raúl Reyes. Y, por bandas como en el billar, logró el desenmascaramiento espontáneo de los amigos del terrorismo.
A Ustedes de juzgar quien ganó y quien perdió.