Opinión Internacional

Peligra la Comunidad Andina

Últimamente pareciera que la CAN o Comunidad Andina de Naciones son vocablos que están de moda. Al menos, todos los medios de comunicación y los opinólogos, tanto del gobierno como de la oposición, han dado sus veredictos sobre esta institución que nació tras un parto con cesárea. Unos, los oficialistas, dicen que morirá, y la tan poco afianzada oposición piensa que sobrevivirá sin traumas y, los menos creen que medio sobrevivirá. Es decir, hay quienes piensan que sólo se transformará en una sociedad de tipo arancelario.

La Comunidad Andina es una organización subregional con personería jurídica internacional, integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela y por los órganos e instituciones del Sistema Andino de Integración.

Sus antecedentes se remontan a 1969, cuando un grupo de países sudamericanos del área andina suscribieron el Acuerdo de Cartagena, también conocido como Pacto Andino, con el propósito de establecer una unión aduanera en un plazo de diez años, con un arancel externo común que logró una real integración económica, en especial entre países como Colombia y Venezuela cuyo intercambio, con una fuerte dosis de inversiones productivas de lado y lado, llega a casi 4 millardos de dólares anuales.

A lo largo de casi tres décadas, el proceso de integración andino atravesó por distintas etapas. De una concepción básicamente cerrada de integración hacia adentro, acorde con el modelo de sustitución de importaciones, se reorientó hacia un esquema de regionalismo abierto. La institución se fue abriendo desde las áreas puramente comerciales hasta llegar a la creación de una Corte de Justicia Andina, un Parlamento Andino, y la creación de instituciones educativas e integracionistas de todo tipo, incluyendo el Pasaporte Andino, el cual podría ser el inicio de una integración ciudadana única. En otras palabras, sin ser una institución perfecta, la CAN cumple con un rol muy importante en la vida de los países de la subregión, llegando, incluso, a discutir un tratado de libre comercio con la Comunidad Europea, lo cual le permitirá a nuestros países la creación de más de un millón de puestos de trabajo. Sin embargo, lamentablemente, ante la posición de Venezuela de retirarse de la CAN y de Bolivia de torpedear la organización, la Comunidad Europea acordó dejar en stand-by las conversaciones mientras la institución suramericana no resuelva sus conflictos.

Venezuela adhiere al Pacto en 1973, bajo la presidencia del doctor Rafael Caldera líder del Partido Social Cristiano COPEI.Hasta 1976 la Comunidad Andina camina sin mayores tropiezos en sus políticas integracionistas. Sin embargo, ese año tiene su primer trauma con el retiro de uno de los países gestores. Chile, entonces gobernado por el dictador Augusto Pinochet, decide retirarse del acuerdo el día 30 de octubre, debido a las fuertes presiones que el gobierno recibía de los entonces emergentes “Chicago Boys”, quienes serían los primeros propulsores del llamado neoliberalismo económico, que se oponía a todo tipo de proteccionismo y sólo aceptaba el libre mercado, pensamiento que al final del día y pasado 30 años sería en realidad el más razonable en términos de intercambio económico, pero no así en términos de integración.

Con el Protocolo de Trujillo, nace realmente el CAN como proyecto integracionista total. Este protocolo fue suscrito por los Presidentes andinos con ocasión del VIII Consejo Presidencial celebrado en la ciudad de Trujillo, Perú en marzo de 1996, mediante el cual se creó la Comunidad Andina. Gracias a este convenio, el comercio de bienes entre los países participantes está hoy totalmente liberado, lo cual significa que los productos originados en Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Bolivia ingresan sin pagar aranceles al territorio de cada uno sus vecinos, creando con esto riqueza y trabajo en las naciones comprometidas.

Objetivos del CAN
La Comunidad Andina se propuso promover el desarrollo equilibrado y armónico de los Países Miembros en condiciones de equidad, mediante la integración y la cooperación económica y social, lo cual, después de varios años de funcionamiento se puede decir que fue un objetivo logrado.

Esto contribuyó, obviamente a acelerar el crecimiento de los países andinos y la generación de ocupación, pues hubo un importante incremento en las inversiones. En Venezuela se calcula que unos dos millardos de dólares entraron al país como inversión directa de países miembros del CAN, lo cual ha generado al menos, unos 20 mil puestos de trabajo estables.

La CAN también adoptó como objetivo el propender a disminuir la vulnerabilidad externa y mejorar la posición de los Países Miembros en el contexto económico internacional y de esa manera comenzó a negociar la integración en bloque con el MERCOSUR, a pesar de la oposición de Venezuela; también, como dijimos anteriormente se comenzó a estudiar la integración en bloque con EE.UU. a través del Tratado de Libre Comercio Para las Américas – ALCA – a lo cual se opuso Venezuela, diciendo que la integración debía ser solamente entre países de la región y se excluía a EE.UU., por razones solamente ideológicas, pues como es sabido el presidente Hugo Chávez piensa que los Tratados de Libre Comercio con el coloso del norte son una nueva forma de explotación y colonialismo.

Fortalecer la solidaridad subregional y reducir las diferencias de desarrollo existentes entre los Países Miembros. Chávez, le informó a los Presidentes de la subregión andina que debían integrar la ALBA – Alternativa Bolivariana Para Las Américas – engendro de integración al cual se le dio fecha de nacimiento el día 30 de mayo con la firma de un acuerdo entre Bolivia, Cuba y Venezuela, con la presencia de líderes “revolucionarios” como el criticado Daniel Ortega de Nicaragua.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, selló allí el compromiso de su país con la ALBA, promovida por Cuba y Venezuela, con una enérgica defensa de esta iniciativa de integración y con críticas hacia la Comunidad Andina de Naciones (CAN), lo cual significará si no su pronta salida de la institución, al menos su bloqueo de acuerdo a las instrucciones que habría recibido en La Habana.

Otro de los objetivos en los cuales está trabajando el CAN es en la definición de políticas sociales orientadas a la elevación de la calidad de vida y al mejoramiento del acceso de los diversos grupos sociales de la subregión a los beneficios del desarrollo. Desgraciadamente, el pensamiento bolivariano, de acuerdo a lo planteado por uno de los líderes de la revolución bolivariana en Venezuela, es que “la revolución solamente se hace con pobres”, y que por eso los tenía sin cuidado el aumento de la pobreza en Latinoamérica, pues una vez que éstos los ayudaran a expandir el proceso revolucionario, recién se podría pensar en como combatir la pobreza.

La renuncia
La Secretaría General de la Comunidad Andina recibió el 22 de abril en su sede en Lima, una comunicación del Canciller de Venezuela, Alí Rodríguez Araque, por medio de la cual Venezuela informa formal y oficialmente su decisión de denunciar (renunciar al) el Acuerdo de Cartagena, según confirmó ese mismo día el Secretario General de este organismo, Embajador Allan Wagner Tizón.

La renuncia de Venezuela obedece a razones simplemente políticas pero, en especial, porque el presidente Chávez se molestó por la firma del TLC entre Colombia Y EE.UU. y por los mismos días entre Perú y EE.UU., lo cual pone de manifiesto una voluntad subregional de trabajar con el libre comercio, sin barreras, ni posiciones encontradas, lo cual no es aceptado, sin saberse realmente las causas, por Venezuela.

Los países del sur estiman que estos tratados (que aún deben ser ratificados por sus respectivos congresos) aumentarán sus exportaciones-importaciones, generarán más intercambio e inversiones lo cual, al final del día, dicen tanto el presidente peruano Toledo como su homólogo colombiano Uribe, redundará en un aumento importante de fuentes de trabajo. Por ejemplo, Brasil ya hizo acercamientos hacia Colombia con el fin de que industrias brasileñas se instalen en ese país para aprovechar el paso de sus productos, sin aranceles, hacia EE.UU., lo cual es completamente lícito y es lo que hará China a través de Chile con su TLC.

El presidente Chávez, manifestó, por otra parte, como buscando una salida de retroceso, como acostumbra a hacerlo cuando toma decisiones de esta naturaleza (impensadas o pensadas), que si Colombia y Perú renuncian a sus respectivos TLC con EE.UU., el haría a Venezuela, miembro, nuevamente del CAN. El presidente Chávez, sin embargo, no le ha dicho al pueblo venezolano en sus acostumbradas diatribas domingueras, que a pesar del retiro del CAN las reglas de la organización establecen que los acuerdos (todos) siguen vigentes aún por cinco años más; en otras palabras, Venezuela deberá aceptar dichas reglas hasta el año 2011.

El presidente Chávez ha manifestado que el CAN “no le sirve a los pobres”. Lo que no entienden los observadores es a qué pobres se refiere, toda vez que quines perderán los empleos, los trabajos, el sustento para sus hogares, serán principalmente los obreros y profesionales de las industrias que se cierren
Otros observadores piensan que el presidente Chávez tiene una guerra a muerte en contra de las empresas privadas y que esta salida del CAN es propicia para desmantelar cientos de industrias que afectarían a sus políticas “polpotianas” de arrasar todo para poder establecer su “socialismo del siglo xxI”, que por cierto, dicen los analistas, él solo conoce.

Reacciones
El primero en apoyar la decisión del presidente Chávez fue el bisoño Evo Morales de Bolivia, quien manifestó la necesidad de que Colombia y Perú renunciaran a sus TLC con EE.UU., situación que creó una muy fuerte discusión con el presidente Toledo a quien Morales había tildado de traidor. Las palabras comenzaron a subir de tono; se metió Chávez nuevamente quien usando, como dijera Alan García “vocablos de cantina”, originó no solamente una reacción adversa del pueblo peruano, incluida la Central de Trabajadores del Perú, sino que del propio Toledo quien terminó por retirar a su embajador en Caracas.

Uribe, por su parte, le dio poca importancia a las opiniones de Morales y sí le contestó a Chávez. En primer lugar dice Uribe, para Chávez quien vende petróleo a EE.UU. y quien tiene una balanza altamente favorable a su país, seguramente no necesita de un TLC; ese no es el caso de Colombia, ni de Perú ni de otras naciones dijo Uribe.

Obviamente la política de Chávez, con respecto a EE.UU. es bastante contradictoria. No solamente vende petróleo al país del norte, sino que, además, la industria metalmecánica venezolana pertenece en un 90% a capitales norteamericanos así como muchos campos petroleros que son asociaciones entre empresas estadounidenses y Pdvsa que es la petrolera estatal de Venezuela. Si Venezuela hace esto, insisten los mandatarios de Colombia y Perú, por qué estaría mal que nosotros aumentemos nuestro intercambio comercial con el coloso del norte. Mientras tanto Chávez, después de la reunión de La Habana, instó a Evo Moales, quien es cachorro de dictador, a nacionalizar a las empresas gasíferas y petroleras de su país por decreto (sin aprobación del Parlamento boliviano), hizo ocupar militarmente toda sla s empresas de hidrocarburos y de paso se creó sendos problemas, que aún no se sabe como terminarán con Brasil (la octava potencia del mundo) al estatizar las instalaciones de Petrobras que pertenece al Estado brasileño y Repsol de España que es de capitales mixtos y algunas empresas mexicanas mixtas. Con esto, Evo Morales ya no solamente tiene pleitos con Chile (también empujado por Chávez) sino que ahora abrió frentes con España, Brasil y México. ¿Qué se busca con esto? Se cree que el dúo caribeño tratan de victimizar a Evo, a quien lo podrían aventar fácilmente del poder, pues el ejército boliviano no es como el venezolano o cubano, que están completamente politizados y ganados por el marxismo.

Intervencionismo
Mucho se le critica al presidente Hugo Chávez su manía intervensionista en los asuntos de otros países. Esto ha llegado a tanto, que en el proceso electoral peruano el candidato Alan García le dijo a Ollanta Humala que él (García) no debatiría con Ollanta sino que con su jefe de campaña Hugo Chávez.

En Perú, la guerra verbal contra Venezuela está desatada. La molestia es grande. Esto ha llegado hasta aguas profundas cuando un Ministro de Toledo le dijo a Evo Morales ser un “títere de Chávez”, porque finalmente Evo Morales habría anunciado que también renunciaría al CAN.

En todo esto, habría casi cuarenta años de esfuerzos integracionistas perdidos porque dos mandatarios, en especial el venezolano, no están de acuerdo ideológicamente con el presidente de EE.UU. George Bush. Según estas teorías, no podrían existir ni la Comunidad Europea, ni el Pacto Asiático, ni el MERCOSUR, etc.

Consecuencias
Las consecuencias de la salida de Venezuela y de Bolivia el CAN no se comenzarán a notar hasta un poco antes del 2010 cuando comiencen a desmantelarse oficinas, fábricas, agencias, organizaciones como el Parlamento Andino, como el Tribunal Andino, otras setenta instituciones y oficinas, no solamente en los cinco países sino que también en otras naciones que comercian con el CAN. Se calcula que solamente por este concepto se perderían más de veinte mil puestos de trabajo en Venezuela. La caída del PIB sería de no menos de un 2%, según han estimado analistas económicos.

En el plano de servicios e industrial la situación será peor si consideramos que el total del intercambio entre las cinco naciones del CAN fue en 2005 US.$ 8,92 millardos, (subió un 21,2% con respecto a 2004)) de los cuales correspondieron a Venezuela US.$ 1,80 millardos (bajó un – 9,4%), lo cual, mayormente fue vendido a Colombia y Ecuador, con una balanza negativa con ambos países, pero con fuertes inversiones colombianas en este país. Por ejemplo, un gran porcentaje de la industria automotriz colombiana, exporta sus vehículos a Venezuela, sin inversiones venezolanas en ese país. Por el contrario, en Venezuela operan unas doscientas empresas colombianas que van desde redes de supermercados, hypermarkets, industrias textileras y alimenticias, turismo, medicamentos, servicios, etc. Estas empresas dan trabajo a miles de venezolanos, puestos que en los próximos años podrían peligrar al irse esas industrias, lo que significaría, en la práctica, la creación de una gran fábrica de pobres.

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