Paz sin fronteras
Apoteósico ha resultado la convocatoria que el paisa Juanes hizo a sus amigos. El concierto tiene aparte de un gran mensaje de paz al mundo, y fundamentalmente a los países andinos y hermanos de América Latina que estuvieron días atrás en situaciones de alta tensión entre Colombia, Ecuador y Venezuela, justamente a raíz de la operación e incursión militar que hizo Colombia incursionado lamentablemente en el espacio territorial y soberanía ecuatoriana, y que permitió descabezar a la FARC con la muerte de Raúl Reyes. Varias lecturas y análisis se pueden establecer del gran Concierto Paz Sin Fronteras celebrado el pasado domingo en plena Frontera colombo-venezolana.
Lo primero que hay que destacar es que en el mundo globalizado en el que vivimos, no hay la menor duda del papel que tienen los medios de comunicación (radio – prensa y televisión) y en ese mismo de ideas el liderazgo que tienen los artistas a escala global. El cantante Juanes hizo un llamado semana y media antes del concierto. Juanes simplemente convoco a sus amigos, que a partir de su música, sus letras, su credibilidad, su condición apolítica, democrática, pacifica, ciudadana y las ganas de cantar en pro de la hermandad y la paz de los pueblos, permitió que se juntasen diversas nacionales, ritmos, letras y las voces del venezolano Ricardo Montaner, el dominicano Juan Luís Guerra, el ecuatoriano Juan Fernando Velasco, los españoles Miguel Bosé y Alejandro Sanz, y por supuesto, los colombianos Carlos Vives y el gran anfitrión y promotor de Paz Sin Fronteras, Juanes.
En segundo lugar nadie puede desmeritar o desconocer el esfuerzo no sólo por parte de los grandes artistas que volaron desde distintos destinos del mundo y se concentran en la ciudad de Cúcuta, sino además, de parte de la banda musical de Juanes, los arreglistas, medios de comunicación social, corresponsalías, gobierno nacional y regional, líneas áreas, hoteles, ejercito, policía nacional y bomberos y un conjunto de iniciativas privadas y empresariales, que en su conjunto lograron con un esfuerzo mancomunado, limpiar el puente internacional Simón Bolívar y especialmente lo referido a la playa del río Táchira para armar el escenario que albergo a los 7 solistas, el sonido, la iluminación, y la logística con un rotundo éxito, con la presencia de más de doscientas mil personas y su trasmisión en directo para una treintena de países.
En tercer, quedo más que manifiesto la vocación profundamente libertaria, democrática y pacifista del pueblo latinoamericano, rechazando por consiguiente toda actitud de hostilidad, beligerancia o de conflicto. Los ecuatorianos, los colombianos y los venezolanos, junto al resto de las nacionalidades queremos reafirmar nuestra vocación de vivir en paz, en democracia. De tal forma que toda ideología, practica, grupo, liderazgo o gobernante que rompa con ese anhelo no será acompañado. El mundo entero se ha liberado y aborrece como lo dijo Miguel Bosé de las epidemias que representan las dictaduras, los odios y las xenofobias.
Finalmente, debemos reconocer el acierto del concierto Paz Sin Fronteras y ese mismo orden de ideas la hospitalidad de Cúcuta y los cucuteños. Cúcuta es ciudad que ha crecido, que se transformo y modernizó positivamente, y hoy nos brinda su infraestructura comercial, turística y hotelera, para que quienes decidimos acudir al Concierto Paz Sin Fronteras, disfrutáramos de un fin de semana pleno, signado por la música, por el calorcito santandereano, la variada y suculenta comida colombiana, la arepa de chocolo, y los típicos aguardientes nacionales. En fin, que mejor forma de iniciar la semana santa que afirmado la paz y la hermandad.