Opinión Internacional

Paz en Colombia: ganancias del viaje a Europa

El viaje a Europa de una delegación del Gobierno y de las Farc es el paso más decisivo que se ha dado en el proceso de paz. Es una muestra de confianza entre las partes, es una apertura hacia la mediación internacional, es un paso en la consecución de ayuda económica y política para garantizar el cumplimiento de los acuerdos y es, también, un esfuerzo para encontrar ideas nuevas que permitan reformar el modelo económico y social que impera en el país.

Con la organización de este viaje, el Gobierno Nacional ha mostrado que tiene confianza en que las negociaciones están ya en un punto de no retorno, no de otra forma se puede interpretar la decisión de presentar como interlocutores válidos de los gobiernos europeos a los dirigentes de las Farc, que es en realidad una aceptación tácita de la condición de beligerancia de esta organización. A su vez, las Farc se han atrevido a poner en manos del Gobierno la seguridad de sus negociadores y a someterse al escrutinio de organismos internacionales visceralmente críticos en temas como el secuestro, la complicidad con el tráfico de drogas y los ataques a la infraestructura.

A ambas partes les ha ido bien. Las declaraciones de ‘Raúl Reyes’ han dado la sensación de que las Farc caminan hacia un acuerdo de paz duradero e incluso están dispuestas, a corto tiempo, a un cese del fuego, lo cual es una justa retribución a Pastrana por su audacia y su insistencia. Las Farc, por su parte, con la ayuda de las intervenciones de la delegación gubernamental, han podido mostrarse como una auténtica oposición armada, que tiene nexos con el narcotráfico e incurre en violaciones del derecho humanitario, pero tiene un norte político claro.

El encuentro con gobiernos como el sueco, de reconocida neutralidad en conflictos internacionales, o como el noruego, con experiencias de facilitación en los acuerdos de Palestina y Guatemala, dejan abierta la posibilidad de una mediación para las negociaciones de paz de Colombia en algún momento del proceso.

Pero quizás la ganancia más tangible de este viaje es la instalación, con muchas posibilidades de éxito, de la mesa de donantes para el Plan Colombia. El presidente Pastrana había insistido en la necesidad de la ayuda europea para planes sociales orientados a crear un clima para la paz y había logrado sensibilizar a sectores del Viejo Mundo, pero el viaje de esta delegación conjunta entre guerrilla y Gobierno le dio la credibilidad y el empujón que necesitaba la propuesta.

Tampoco es desestimable la contribución que significará, para el proceso de paz, el acercamiento de esta delegación al funcionamiento de la economía y la sociedad de países que han logrado conquistar un alto nivel de vida, una mayor equidad y cohesión social y un más elevado funcionamiento de la democracia, apelando a tradiciones socialistas y democráticas que, sin dar al traste con la economía de mercado, recurren a mecanismos de regulación en beneficio del conjunto de la sociedad.

Los colombianos hemos tenido, en los últimos años, sólo dos modelos para escoger. Desde la guerrilla y la izquierda tradicional se nos ha ofrecido la estatización de los principales medios de producción, la planificación centralizada, la redistribución social por la vía de la acción estatal, la imposición de las clases populares en la sociedad como fundamento del régimen político. Desde los partidos liberal y conservador, con distintas variables, hemos tenido un desmantelamiento paulatino de lo público, una concentración escandalosa de la riqueza, un protagonismo cada vez mayor de los monopolios privados, una creciente desigualdad social y un régimen político cerrado a nuevas alternativas políticas y a una participación decisoria de las clases medias y los sectores populares.

Ahora, es obvio que aquel modelo fracasó estruendosamente detrás de la cortina de hierro, no es posible ni deseable, pero el que nos ha tocado sufrir en carne propia es detestable. Esperemos que aquello que han visto en la lejana Europa Víctor G. Ricardo, ‘Raúl Reyes’ y Luis Carlos Villegas, sirva para que todos cambiemos de óptica y podamos hacer un proceso de paz que dé como resultado la construcción de una sociedad más justa, solidaria y pluralista.

Tomado de (%=Link(«http://www.eltiempo.com.co/»,»El Tiempo»)%) de Colombia
(%=Link(«http://analitica.com/buscar/default.asp?q=Colombia»,»Colombia en Venezuela Analítica»)%)

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