Paro de camioneros en Chile
TRANSPORTISTAS: ¿Son los mismos de siempre?
– «La historia no perdona, recuerden 1973»
El paro de los transportistas, camioneros en su gran mayoría, nos retrotrae desgraciadamente, a épocas pretéritas que los chilenos creíamos superadas.
En 1972 y 1973 el gremio de camioneros decidió paralizarse de sur a norte, teniendo conocimiento cabal de lo que le sucedería a la economía de entonces que estaba en franco crecimiento y a la estabilidad política del país.
Ahora, se da un paralelismo total del acontecimiento que llevó al derrocamiento del presidente Salvador Allende, la diferencia, talvez, es que Chile, ahora en un país rico, no se requiere del financiamiento externo para apoyar a los huelguistas.
Desafortunadamente, para el país, este ha tenido que encarar los `peores embates de la economía exógena en materia de hidrocarburos. Los precios, según se dice, podrían llegar a unos 200 dólares el barril, precios, que por su parte, obedecen más que a un aumento del consumo a una gran especulación.
Es una lástima que los dirigentes del paro no entiendan que nada se puede hacer en contra de la escalada de precios y éstos, demandan que se elimine el impuesto específico al diesel cuestión que paliaría la embestida de precios solo temporalmente, lo mismo que el subsidio entregado por mil millones de dólares a las gasolinas, parafinas y el mismo diesel.
Lo peor de esto es que en algunas ciudades del país también se han unido a este paro indefinido los autobuseros, lo cual, en definitiva podría, como en 1972-73 empeorar la economía que, por cierto, en abril creció en un 4,8%, mucho más de lo estimado por los profetas del desastre.
Es bueno que los transportistas se sienten a pensar en que están jugando con fuego. La democracia podría correr peligro así como corre peligro el crecimiento sustentable del país. Los chilenos, unidos todos, deben capear este temporal alcista así como hemos capeado temporales y terremotos, todos unidos.
Los transportistas no deben prestarse para desabastecer el país ni crearle problemas al pueblo, el cual, en definitiva, es siempre el más afectado por estas acciones grupales. De paso, esta es la oportunidad para que el gobierno apure dos o tres medidas en beneficio de la economía: a) terminar el ferrocarril hasta Puerto Montt; b) extraer petróleo de los nuevos yacimientos encontrados; c) comenzar a buscar gas en otras latitudes y olvidarse de los vecinos y, además, comenzar a perforar los yacimientos gasíferos de Arauco.
