Orfebrería y Agencia de Inteligencia
Que la CIA se vale hoy, como en el pasado, de perversos métodos para ejecutar sombrías misiones en varios países del mundo – como su actuación en el golpe de Pinochet en 1973 y los múltiples intentos de asesinato a Fidel Castro, entre muchas otras “joyas” de su trayectoria y prontuario – es asunto conocido. La desclasificación de documentos secretos realizadas décadas después de estas acciones cuestionables e ilegales desde el punto de vista de la constitución estadounidense, solo aporta detalles e intentan hacer propaganda de supuesta transparencia a una organización de inteligencia desprestigiada.
Que la CIA y los gobiernos de Estados Unidos actúan según intereses y no en base a consideraciones éticas, lo saben hasta los más fervientes defensores del capitalismo y la globalización como el ex sindicalista, ex presidente y premio Nobel de la Paz polaco, Lech Walesa, quien ha expresado varias veces que con Bush, “Estados Unidos no es ni líder político, ni moral, ni plantea soluciones a las crisis mundiales”. Walesa, que por cierto dijo exactamente lo mismo sobre la ONU, no necesita apoyar a autócratas que fanfarronean sobre luchas anti-imperialistas, para criticar severamente a EEUU.
Bienvenidos sean los cuestionamientos a las pasadas y presentes “obras de orfebrería” de la CIA, y ¿qué tal si también invitamos a el ex director de la KGB soviética y actual presidente ruso, Vladimir Putin, a desclasificar operaciones históricas de esta agencia, incluyendo el reciente envenenamiento con plutonio del ex espía ruso Alexander Litvinenko y el sospechoso asesinato de la periodista Anna Politkóvskaya – el día del cumpleaños del mandatario, – ambos muy familiarizados con las masacres de Rusia en Chechenia, entre otras valiosas informaciones? Invitemos también a Fidel Castro a revelarnos el rol del G-2 cubano y de su ejército en Angola, Etiopía y otros países africanos, en Yemen, en Centroamérica, con la guerrilla de los tupamaros en Uruguay, y actualmente en Venezuela. ¿Qué tal un congreso mundial para que todas las agencias de espionaje del planeta desclasifiquen sus “pecados”?
Mientras esperamos junto a Matusalén a que esto ocurra, reconfortémonos con que al menos en Estados Unidos, muchos de sus senadores están exigiendo a su actual gobierno que entreguen documentos de espionaje telefónico y de correos electrónicos, sin permiso judicial, en un país, que con todos y sus muchísimos defectos, sí existe la separación de poderes y la plena libertad para que incluso, representantes del partido de gobierno, le exijan a su presidente cumplir con la ley. Si Bush se sale con la suya y no responde a esas instituciones, al menos, no puede ser reelecto más y la Opinión Pública lo conducirá al pantano de la historia que le corresponde.