Obama aprende de Chávez
La millonaria jalada de mecate de Oliver Stone al líder intergaláctico, no
tuvo su punto culminante en la alfombra roja. El momento de más alta
intensidad lo alcanzó el tarifado cineasta al día siguiente cuando le dice a
la prensa internacional que Obama debería aprender del cobero en jefe para
convertirse en un mejor presidente. ¡Qué clase!
Es que una jalada como esa no la ha ejecutado ni Jacqueline Faría, la
autora del poema sobre los dedos mágicos del militar en pasantía de
estadista y diseñadora de la piscina olímpica revolucionaria del Guaire.
No sabe Barack Obama, ciertamente, de las inmensas oportunidades de mejora
que se está perdiendo. Vale la pena, ante el silencio egoísta del prócer de
Venecia, soplarle algunas claves al mandatario estadounidense.
Lo primero que tiene que hacer es decretar un control de cambio que permita
redistribuir la riqueza con sentido socialista. Es decir, los dólares son de
la cúpula que gobierna y las migas, si acaso, para los ciudadanos. Con esta
fórmula podrá eliminar la autonomía del Banco de la Reserva Federal y
nombrar a algún compadre como presidente de la institución. Puede, casi
sobre la marcha, estatizar la industria petrolera, despedir a los mejores
técnicos y meter a sus compañeros de partido. Esa fórmula no falla. Invadir
y expropiar a los granjeros del sur es el mecanismo infalible para alcanzar
la llamada soberanía alimentaria.
Obama puede copiarse el esquema militarista. La pregunta que debe hacerse es
¿qué hace ese bojote de militares en el Pentágono y en los cuarteles? Nada
mejor que un militar al frente de las secretarías de Estado. Obama se debe
haber dado cuenta de la perfección alcanzada por los militares en la salud
en Venezuela.
Otra política que debe seguir Obama es bombardear a los
productores internos y aumentar las importaciones de alimentos de países
distantes, mafiosos y caros. La jugada magistral del chavismo de despedir al
vecino Colombia como proveedor para comprarle a Argentina no tiene
desperdicio. Estados Unidos debe botar a México y Canadá. Debe Obama, lo
más rápido que pueda, desbaratar el sistema hospitalario y generar el
colapso de la medicina privada. Eso es socialismo.
En la misma onda debe dejar sin
protección y dotación a la mayor cantidad de escuelas que pueda. Siempre
habrá árboles para recibir clases. Es indispensable que crea un Aló Obama
dominical y que, sin ninguna pena, le empuje una cadena diaria a los gringos
para que les cuente cómo su bisabuelo cazaba elefantes en Kenia hace 100
años. Otra medida importante es eliminar ese federalismo absurdo.
Centralizar es la vía para quitarle presupuesto a los gobernadores
resabiados. Obama debe crear jefes de gobierno regionales sin legitimidad,
tipo Jacqueline Faría. Si funciona en Venezuela, en Estados Unidos será
mejor.
Aprende Obama. Así se gobierna.