Mar de sufrimientos
Después de medio siglo de sufrimientos por parte del pueblo cubano los autócratas comunistas, confiesan con gran cinismo que el sistema estatista implantado en la isla ya no funciona ni es exportable.
Es conveniente recordar que el sistema castrista siempre vivió del cuento y por años del subsidio soviético, pues nunca fue capaz de auto sustentarse económica ni socialmente. El régimen se mantuvo políticamente en base a los fusilamientos y asesinatos de los opositores, al exilio de los más capacitados y a las expectativas populistas creadas entre los pobres, que en poco tiempo se vieron engañados.
La libreta de abastecimiento establecida en 1964 para garantizar el “consumo necesario” terminó racionando los bienes. Y cuando en 1968 se expropiaron los pequeños negocios bajo el pretexto de suprimir la especulación se acabaron los servicios básicos para el “buen vivir”.
El pulpo castrista extendió sus tentáculos hasta convertir la isla en gran latifundio de su propiedad. Y los otros poderes, el legislativo y el judicial, perdieron su autonomía para controlar al monstruo.
Los resultados no se hicieron esperar, los disparates afectaron la productividad del agro, incluidos el azúcar y el tabaco y de la minería que junto a aquellos generaban las divisas. Hoy la isla en vez de ser autosuficiente importa alimentos principalmente de EEUU. La burocracia creció desorbitadamente afectando el funcionamiento gubernamental y con ella aparecieron la corrupción, el resuelve, el narcotráfico y el mercado negro echando por tierra los precarios valores de una sociedad en crisis.
Castro se mantiene en el poder gracias al cuantioso subsidio venezolano que ya tampoco le basta. Los que compran la propaganda del mar de la felicidad debieran verse reflejados en ese mar de desolación que es Cuba hoy.