Madrid y el Mapa del Terror
Hace tres años, un 11 de marzo, Madrid “se estrenó” como ciudad víctima del terrorismo islamista. Entonces, fueron muchos los que incurrieron en la simplificación de los atentados vinculándolos estrictamente a la presencia de tropas españolas en Irak.
Hoy sabemos con certeza que España era objetivo de grupos islamistas desde antes del 11-M, como bien concluyó el magistrado de la audiencia nacional española, Juan del Olmo – luego de su decisión de procesar a 29 de los 116 imputados – al asegurar que si bien la guerra de Irak fue un elemento de inspiración, los atentados fueron planificados desde el 2002. Incluso, se demostró que el cerebro del 11-M fue uno de los terroristas suicidas apodado, “El Tunecino”, quien operaba en el país junto a redes locales de Al Qaeda antes de 2001. La proclama de Al Qaeda es también muy clara cuando señala que se trata de “un viejo ajuste de cuentas con los cruzados españoles”, remontando su venganza a eventos ocurridos hace más de 10 siglos. El año pasado, el número dos de la organización, Ayman al Zawahiri, corroboró en un video que ellos tienen como objetivo “liberar toda la que algún día era tierra del Islam desde Al Andalus – en el sur de España – hasta Irak”.
. La periodista catalana Pilar Rahola, en su artículo “La Lección de Madrid”, advierte que la polémica del 11-M no debe desviarnos del mensaje esencial de ese evento: “…es un terrorismo mundializado, que busca víctimas arbitrarias, que tiene como finalidad la socialización del terror y que no lucha por la libertad de nadie, sino por la destrucción de la libertad de todos. ¿De verdad alguien cree que estos asesinos son libertadores?…¿Qué haría Al Qaeda si impusiera su régimen? ¿Qué harían, sino aniquilar todos los principios de la libertad y, de pasada, por el camino, asesinar a todos los enemigos?…¿Habría algún fundamento de la libertad en pie? La primera lección de Madrid, pues, es así de terrible: estamos situados en el mapa del terror”.