Opinión Internacional

Los reyes magos y la reina ausente

“La realidad pende siempre sostenida de lo impensado”. Roberto Alifano

La transición del calendario estuvo marcada por un “no-hecho”, capaz de generar, por sí sólo, un oxímoron: la enorme presencia de la Presidente ausente. Mientras que muchas personas, no sólo de la Capital y del Conurbano bonaerense, atravesaban la inusual e implacable ola de calor con falta de luz y de agua, doña Cristina nada dijo; como en tantas otras tragedias recientes, su silencio fue estruendoso (otro oxímoron, ¡gracias, Jorge Asis!).

Eso nos lleva a la gran pregunta: ¿quién gobierna hoy la Argentina? Las luchas internas del Gobierno ya venían de dando pruebas de su existencia pero, a partir de la desaparición de la señora de Kirchner se han exacerbado y hasta el propio Jefe de Gabinete se ha visto desautorizado en público por ministros y funcionarios.

El personaje con mayor crecimiento personal en materia de poder ha sido el ahora Tte. Gral. Milani. ¿Cuál es la razón? Su conducta me recuerda, casi diariamente, al fallecido Almte. Massera; tal vez convendría que comenzáramos a mirarlo desde esa perspectiva, y a ocuparnos de evitar que las fuerzas armadas sean puestas al servicio del “modelo” y no de la nación.

Me he puesto a pensar qué podría suceder en el escenario si mañana, cuando está previsto su regreso a Olivos, la Reina no vuelve, para no responsabilizarse por el inevitable “rodrigazo”. Por supuesto, la Ley de Acefalía tiene previstos los mecanismos legales para el reemplazo; sin embargo, sólo se trata de un marco teórico, porque no veo en los precandidatos en danza a ninguno capaz de suscitar el enorme consenso indispensable -social, político y legislativo- para enfrentar la crisis inédita que el kirchnerismo dejará como herencia. Ya se escucha en la calle “¡que se vayan todos!”.

Porque, convengamos, la magnitud de los problemas que aquejan a la Argentina es tal, y su resolución de tan largo plazo y de tan alto costo, que se necesitará un concilio de Reyes Magos para conducir esta nave -sin motor, sin timón y sin estrella- a puerto seguro. Como estamos iniciando un nuevo año, viene bien hacer un somero inventario:

1. el 25% de los argentinos depende de los subsidios para comer;

2. quienes los reciben no quieren trabajar para no perderlos;

3. cada vez es mayor la diferencia entre los más pobres y los más ricos;

4. 2.500.000 personas viven en villas de emergencia;

5. la falta de cloacas (30%) y de agua potable (10%);

6. la inseguridad cotidiana, que mata a cientos de personas por año;

7. la sociedad enfrentada de un modo sólo comparable a las guerras civiles previas a la batalla de Caseros;

8. el narcotráfico, socio de funcionarios de alto rango y de las policías;

9. El millón de jóvenes “ni-ni”, que no trabajan ni estudian;

10. la decadencia de la educación, que excluirá los alumnos del mercado laboral de un mundo cada vez más exigente;

11. la salud pública, en franco deterioro, y el sometimiento de los pacientes a enormes tormentos, agravados por la competencia con extranjeros transeúntes;

12. la carencia de una política de Estado en materia de inmigración, y la indiscriminada recepción de vecinos con escasa calificación laboral y, muchas veces, integrantes de organizaciones delictivas;

13. la expoliación de los más pobres a través del juego, que financia a la política;

14. la falsa e hipócrita política de derechos humanos, que ha llevado a la cárcel a los militares que reprimieron la subversión, mientras premia a los terroristas con indemnizaciones y cargos públicos;

15. el fantasma del desempleo;

16. la enorme deuda interna con el Banco Central, y la previsional, el vaciamiento de la ANSES y la montaña de juicios que se arrastran en los tribunales;

17. el sideral crecimiento del gasto público improductivo;

18. la infraestructura vial, ferroviaria y portuaria y de comunicaciones, que se caen a pedazos;

19. las reservas monetarias, que realmente no superan los US$ 10.000 millones;

20.la segunda tasa de inflación de toda América, que se acelera;

21. el deterioro del tipo de cambio;

22.el cepo cambiario

23.la desaforada emisión monetaria;

24.las economías regionales condenadas, que sufren el notable incremento de los fletes;

25.la falta de acceso a los mercados internacionales de crédito y el desinterés de los inversores globales, y la carencia de ahorro interno;

26.la concentración de la recaudación en manos del poder central, que estrangula a las provincias, sometidas a los caprichos de Olivos;

27.los sueldos públicos atrasados, como ya se ve en las paritarias docentes;

28.la presión impositiva inédita, a los contribuyentes a trabajar la mitad de su tiempo para pagar los impuestos;

29.el inmenso déficit habitacional;

30.la pérdida de los tradicionales mercados para nuestras carnes y granos, salvo la soja;

31. la industria nacional que, sin salir a competir a escala global, nuevamente está convirtiendo al país en el zoológico donde cazar;

32.el aislamiento internacional, la errática conducta diplomática y el inexplicable alineamiento con Venezuela e Irán;

33.la falsificación de las estadísticas y la intervención del INDEC;

34.el atraso en las tarifas del transporte, de la energía y del agua;

35.el autoabastecimiento energético perdido, el fuerte y creciente déficit de la balanza comercial de combustibles y la dependencia cada vez mayor de las importaciones, crecientes en cantidades y precios, que este año requerirán US$ 15.000 millones;

36.los gasoductos y las líneas de alta tensión que, construidas en los 90’s para exportar gas a Chile y energía eléctrica a Brasil y Uruguay, que han invertido el sentido de los flujos para aliviar nuestra escasez interna;

37.la falta de resolución de los problemas con el Club de París y con el CIADI, que nos impiden acceder al financiamiento de nuestro comercio exterior, cerrando mercados y complicando las importaciones;

38.la corrupción oficial, que se ha exacerbado a niveles nunca vistos, ya que no se ha limitado a robar dinero sino que, ahora, lo hace con empresas enteras, en muchos ámbitos de la actividad económica;

39.las grandes empresas públicas que no publican sus balances, no son auditadas y están en manos de los jóvenes de La Cámpora;

40.los organismos de control desmantelados, y el Consejo de la Magistratura, responsable de los concursos para la designación de los jueces, paralizado;

41. la mayoría de los jueces que integran el fuero federal penal, irrecuperables por su venalidad;

42.las fuerzas de seguridad infectadas por la politización, la prostitución de sus funciones y la corrupción;

43.la increíble permeabilidad de nuestras fronteras terrestres, aéreas, fluviales y marítimas;

44.la obsolescencia de material bélico del que disponen las fuerzas armadas, que ha dejado indefensa a la nación.

Este 2014 no traerá buenas noticias para la Argentina, tanto por lo que se desprende de ese inventario cuanto de la razonable resistencia -¿a qué extremos estarán dispuestos a llegar al ejercerla?- de los funcionarios actuales a perder el poder, la libertad y la fortuna mal habida. Por eso, debo reiterar mi ingenuo deseo: que esta noche, los Reyes Magos nos dejen en los zapatos una fórmula para salir de este laberinto en que solos nos metimos.

Twitter: @egavogadro

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