Lecciones desde Tegucigalpa
Con Honduras se prendió una luz roja en el continente no tanto por la vuelta del militarismo, que es grave, sino porque develó al chavismo como una organizada fuerza continental que se seguirá expandiendo si no se le da un para’o.
Las fuerzas democráticas del continente no están preparadas para enfrentar a las fuerzas del totalitarismo. Reaccionan tardía e inadecuadamente. Ellos tienen la iniciativa, están organizados, se apoyan y han tomado en serio conquistar la región con nuevos métodos. Si se quiere vencer, habrá que prepararse mejor.
Los militares hondureños convirtieron a Zelaya de victimario a víctima. La falta de previsión del Congreso, y los otros poderes para acusar formalmente a Zelaya y juzgarlo rápidamente, es innegable. La excusa de la renuncia y un discurso incoherente para explicar las acciones tomadas, nos recuerda los errores de nuestro11 de abril, que nos trajo el “san benito” de golpistas y un “paro petrolero” que aun no podemos explicar.
Debemos aceptar que los bolivarianos, con la dirección de los cubanos, lograron apabullar a todos, imponiendo desde el principio su verdad. TeleSur fue la primera en informar al mundo. Chávez movilizó a sus panas del ALBA y clamó por la aplicación de una Carta Democrática que tanto ha criticado y que firmó con reservas.
La OEA y el “pendejo” de Insulza como lo llamó, condenaron el Golpe, como debe ser, pero en vez de embarcarse en un proceso de negociación, optaron por dar un ultimátum: “o vuelve Zelaya o te sacamos del Club”, como a Cuba. Los centroamericanos fueron más allá y acordaron un “bloqueo”, como el criticado a Cuba. Chávez cortó el suministro petrolero llamó a la rebelión y a la intervención militar, y acusó de “gorilas” a los golpistas.
El concepto clave en la Carta Democrática, es la Ruptura del Hilo Constitucional. La idea es proteger a los funcionarios electos frente a un Golpe de Estado. Pero cuando ese golpe es blando, cuando el presidente viola la constitución de forma escalonada, por ejemplo cuando se reintroduce una reforma constitucional derrotada o se intenta aprobar una reelección violando la Constitución, el “Club de Presidentes” no funciona.
Honduras, y Venezuela, podrían estar mostrando una nueva época donde se fuerza el “remiendo” el hilo constitucional roto por un presidente, para proteger la democracia y no para imponer una dictadura. Algunas constituciones han previsto la desobediencia civil- artículo 350-, pero faltará mucho para que esta visión llegue al ese Club presidencial.