Opinión Internacional

La Unión (Política) europea: sin prisa, pero con pausa

(Especial para analitica.com) El no de Francia y Holanda a una Constitución (1) supranacional ha desatado una crisis existencial en la Unión Europea (UE), pese a que 10 de los 25 Estados miembros ya han ratificado su texto. Son variados y complejos los interrogantes: ¿Existe malestar en los pueblos europeos hacia sus élites políticas? ¿Es un simple rechazo de los franceses a la larga y agotada presidencia de Jacques Chirac? ¿El pueblo europeo sólo desea la Unión Económica y Monetaria mas no la integración política?

¿Es sólo un problema de cómo repartir los costos de los subsidios agrícolas sin dejar de proteger sus mercados? ¿Ha alterado el ingreso de 10 países de Europa Central y Oriental la gobernabilidad lograda por la anterior Europa de los 15? ¿Se realizaron demasiados cambios demasiado rápido en los últimos 15 años? ¿Ha habido suficientes consultas a la ciudadanía europea? ¿Forma parte este escollo de una crisis mundial más amplia producto del descontento de las grandes mayorías del mundo por cierto tipo de globalización excluyente?

¿Se enfrentan en la Unión Europea dos modelos de concebir la democracia, la economía de mercado y la seguridad social? ¿Es una disputa entre la globalización y el modelo social europeo? ¿Está agotado el sistema de seguridad social del Viejo Continente? ¿Es el proyecto europeo sólo un mercado o una avanzada estratégica con auténtica vocación geopolítica en un mundo pretendidamente tutelado por una sola superpotencia política y militar?

¿Padece el modelo europeo una crisis profunda al constatar que después de medio siglo de ejecutorias integracionistas se tropieza con que su economía, desde hace 15 años, está creciendo estructuralmente a tasas mucho más inferiores a las de Estados Unidos y Asia, y además con inflexibilidades infranqueables en los mercados de bienes, servicios, capitales y del trabajo, y, para colmo de males, rezagado tecnológicamente y perezoso para innovar?

Es quizás un poco de todo; pero las respuestas a estos interrogantes deben partir de una base común. El proceso de integración europeo, en su estadio más avanzado por virtud de su Unión Económica y Monetaria, no se altera ni retrocede pues todos los tratados constitucionales anteriores, el último de ellos el Tratado de Niza (2000), permanecen vigentes. La Unión Europea es un mercado único (libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales). La política comercial común y la Política Agrícola Común (PÁC) –eje fundamental de su raison d´étre- no cambian, ni tampoco los tratados de asociación con terceros países, como los suscritos con África del Sur, Chile, Israel o México.

El proyecto de Constitución no hace sino contemplar los principios y derechos universales de democracia, derechos humanos, justicia, seguridad, libertad de expresión, pensamiento y religión, economía social de mercado y libre competencia, ya consagrados en todas las constituciones nacionales. Lo único nuevo de la Constitución, aparte de la significación misma de existir como carta magna común de 25 Estados nacionales, es la creación de las posiciones de Presidente del Consejo de la Unión Europea por un período de dos años y medio (elegido en forma indirecta por los gobiernos y aprobado por el Parlamento Europeo) (2) , y de Ministro de Relaciones Exteriores, el cual por lo demás ya existe en la persona de Javier Solana, Secretario General del Consejo Europeo y Alto Representante para la Política Exterior, de Seguridad y Defensa Común (PESDC). (3)

Otras modificaciones importantes son la votación calificada doble para la toma de decisiones con carácter legal en los 25 países miembros, la ampliación de los poderes de co-decisión del Parlamento Europeo y la desaparición del puesto de Comisario de Relaciones Exteriores, cuyas funciones serán absorbidas por el Ministro de Relaciones Exteriores, quien será simultáneamente Vicepresidente de la Comisión Europea (el órgano ejecutivo de la UE).

Entonces, si la integración económica no se altera y los cambios propuestos por la Constitución son modestos dentro de la ruta lenta y gradual hacia la integración política, qué pasó? ¿Por qué el rechazo de los franceses y holandeses?

El fracaso de la reciente Cumbre de Bruselas (16 y 17 de junio) parece haber profundizado la crisis; pero también este traspiés pudo haber sido necesario para plantear temas tabúes que desde hace mucho tiempo limitan el proyecto integrador europeo. Inglaterra, en la víspera de su presidencia semestral de la UE y ante el desasosiego creado por los referendos de Francia e Holanda, se la jugó en Bruselas al desempolvar el tema de la reforma económica, los subsidios y la Política Agrícola Común de la Unión.

El 40% del presupuesto de la UE se va en subsidios agrícolas, y, aunque los ingleses son relativamente los que menos pagan esa factura, ellos pusieron el dedo en la llaga. Causaron descontento entre los países receptores de los subsidios como Francia. Tampoco colocaron entre las Prioridades de su Presidencia el tema de la Constitución.(4) ¿Se le pasó la mano al Reino Unido y por ello Tony Blair intentó enmendar la plana con un discurso fervorosamente europeista en el Parlamento Europeo?

La integración política de Europa siempre estuvo en la mente de los padres fundadores de la otrora Comunidad Económica del Acero y del Carbón, surgida del Tratado de París de 1951, y de la Comunidad Económica Europea, formada a partir del Tratado de Roma de 1957. Se recuerda el discurso de Winston Churchill en 1949, en el cual delineó la idea de “Los Estados Unidos de Europa.” Ante un intento fallido entonces de crear una unidad europea para la defensa continental después de la II Guerra Mundial y en el contexto de la naciente Guerra Fría, los fundadores franceses Schumann y Monnet optaron por ensayar la ruta de la integración económica primero, y alcanzar a través de la convergencia de intereses económicos comunes lo que era a la sazón imposible de lograr en el plano político, aún cuando fuese la unión política el objetivo final del proceso.

La Comunidad Europea transitó por espacio de 36 años todos los estadios de un proceso de integración económica hasta que, el 1 de enero de 1993, entró en vigencia el Acta Única Europea (1985), que eliminó definitivamente todas las fronteras económicas internas al establecer un mercado único, es decir, la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Un año antes, en 1992, el Tratado de la Unión Europea o Tratado de Maastricht complementó el Acta Única, estipulando la creación de una moneda única y de un Banco Central Europeo. Sin embargo, como sabiamente la Unión Europea se fue formando por etapas y no de un solo viaje, el establecimiento de una moneda única fue pautado para 1999, seis años después.

La meta originaria de una unión política fue retomada en el Tratado de Maastricht, el cual instituyó el concepto constitucional de una Política Exterior y de Seguridad Común, ampliado a la Defensa Común en el Tratado de Ámsterdam (1997) . La propuesta constitucional de una PESDC pareció tener lógica y lució conveniente después de la Caída del Muro de Berlín en 1989, la desintegración de la Unión Soviética y el surgimiento de Estados Unidos de América como la sola superpotencia política y militar del planeta. Como primer Alto Representante para la PESDC fue designado el prestigioso estadista español, Dr. Javier Solana, quien venía de desempeñarse como Secretario General de la OTAN y, anteriormente, como Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno socialista de Felipe González.

La formulación y ejecución de una política exterior, de seguridad y defensa común en la Unión Europea ha probado ser un hueso duro de roer. Hay diferencias estructurales, que se derivan del hecho de que varios países, como los escandinavos, tenían una tradición neutral en el Conflicto Este-Oeste. En la Europa de los 15, unos son miembros de la OTAN y otros no. La anterior Unión Europeo-Occidental, modesto órgano de defensa europeo pero supeditado a los designios de la OTAN, fue asimilada por la propia Unión Europea.

Pese a la indiscutible habilidad diplomática de Solana, no ha sido fácil constituirse, por ejemplo, en una referencia viable y efectiva en el conflicto del Medio Oriente, donde Europa tiene intereses vitales; ello, entre muchas otras razones, porque hay en la Unión Europea 20 millones de musulmanes. Turquía, con 80 millones de habitantes, aspira ingresar a la Unión Europea y los países de la Cuenca del Mediterráneo, frontera natural de la Unión, son todos también musulmanes.

La prueba de fuego de la PESDC se produjo, sin embargo, con la intervención militar de Estados Unidos a Irak hace tres años. No fueron pocos los esfuerzos que los jefes de gobierno y cancilleres europeos y el propio Solana realizaron para que el despliegue de fuerzas fuese decidido por las Naciones Unidas. Como es sabido, Estados Unidos tomó la decisión unilateral de emprender el conflicto con el apoyo de Inglaterra y España, y para sorpresa de pocos, el respaldo tácito de los países de Europa Central y Oriental, ex satélites de la desaparecida Unión Soviética, que a poco ingresarían en la Unión Europea (1 de mayo de 2004).

La célebre frase de Stalin al referirse a las opiniones de Pío XII, cuántas divisiones tiene el Papa?, es perfectamente aplicable al conflicto existencial de la Unión Europea: puede una unión económica y monetaria de Estados-Nación, sin ejército, disuadir e inspirar temor y sólo con su fuerza moral influir en la resolución de los grandes conflictos políticos del planeta en condiciones de igualdad con la mega-potencia estadounidense?

Pero Solana tiene la paciencia de los orientales. Ha logrado poco en tiempo real pero mucho en tiempo histórico. La PESDC ha realizado avances de cierta significación, aunque principalmente dentro de los anillos de influencia geopolítica de la Unión Europea. (5) Una fuerza de combate está en su fase conceptual con miras a estar operativa en 2007/2008. Un mecanismo cívico-militar de respuesta rápida en situaciones de conflicto ha sido establecido, así como una Agencia Europea de Defensa.

Los procedimientos operativos para la creación de una Academia Europea de Seguridad y Defensa han sido aprobados. El desarrollo de una capacidad civil de despliegue rápido para el manejo de conflictos continúa fortaleciéndose y ésta ha formulado escenarios de planificación estratégica en los campos de la estabilización y reconstrucción en casos de eventuales enfrentamientos, prevención de conflictos, fortalecimiento de instituciones y apoyo civil para misiones humanitarias.

Paralelamente, la UE, a través del Secretario General/Alto Representante Solana, ha emprendido gestiones diplomáticas, políticas y de paz en Bosnia-Herzegovina, el conflicto árabe-israelí, el Líbano y Ucrania, además de establecer vínculos institucionales de cooperación con la ONU, la OTAN, Rusia, Euromed (países mediterráneos), Canadá y la Unión Africana.

¿Hasta qué punto los modestos pero continuos avances en la implantación de una política exterior, de seguridad y de defensa común de la Unión Europea pueden continuar evolucionando hacia nuevas formas de unión política? ¿Qué incidencia tendría en el proceso de integración europeo si los Estados Unidos decide, unilateralmente, con el sólo respaldo de Inglaterra, iniciar en otro país un conflicto bélico similar al de Irak?

Es necesario tener una visión histórica del proceso de integración europeo. Los jefes de gobierno y cancilleres de la Unión Europea han decidido acertadamente posponer los referendos en otros países miembros mientras pasa la crisis. Es posible que en pocos años, cuando 20 o más países hayan ratificado la Constitución, Francia y Holanda vuelvan a votar. O será necesario re-escribir algunas de sus cláusulas. La integración política se retroalimentará también de la consolidación del mercado único y de la Unión Económica y Monetaria.

La integración europea ha sufrido una pausa que puede durar algunos años inclusive, pero no creemos que se detendrá. Entretanto, Europa necesita una sacudida existencial, un nuevo respiro, un acercamiento al pueblo llano europeo, una ampliación de los derechos de participación ciudadana en la toma de decisiones, (6) una relación estrecha entre sus inaccesibles “eurócratas” y el ciudadano común, más competencia y menos subsidios para la agricultura y la industria, una reforma de su sistema de seguridad social, una auténtica apertura de sus protegidos mercados a las exportaciones de los países en vías de desarrollo y una estrategia de investigación e innovación tecnológica efectiva que verdaderamente alcance las metas de la Cumbre de Lisboa de 2000, que fijó el 2010 como el año en que la economía europea sería la “más competitiva del mundo.”

Notas

.(*):Luis Xavier Grisanti fue Embajador de Venezuela ante la Unión Europea (1996-2002) y Asesor en asuntos europeos del Presidente del Banco Interamericanos de Desarrollo (2002-2004).

(1): Tratado por el que se establece una (%=Link(«http://europa.eu.int/constitution»,»Constitución para Europa»)%), .
(2) No obstante, se mantiene por ahora el sistema vigente de presidencias semestrales del Consejo Europeo.
(3) Comisión Europea, Resumen del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, Bruselas, 28 de junio de 2004.
(4) European Council, Priorities of the UK Presidency, July 2005(%=Link(«http://www.europa.eu.int»,»www.europa.eu.int»)%) .
(5) Council of the European Union, Brussels, 16 and 17 June 2004, Presidential Conclusions (18 June 2004).
(6) Uno de los elementos que hacen más participativo al ciudadano es la posibilidad contemplada en el proyecto de Constitución de que el pueblo, con un millón de firmas, pueda directamente proponer un proyecto de ley, sin esperar la iniciativa exclusiva de la Comisión Europea.

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