La época de Lula
El 1 de Enero del 2011 Dilma Roussef asumió la Presidencia de Brasil con un mensaje en el que ofreció continuar el programa de su predecesor, que fue muy bien recibido por la comunidad Brasileña e internacional.
Ya tendremos oportunidad de comentar los pasos que vaya dando la Mandataria de nuestro vecino del Sur, pero siendo muy pronto para constatar sus avances, es conveniente analizar la Época de Lula, que marcará su orientación.
Antes de dejar la Presidencia , el propio Lula se encargo personalmente de presentar un balance en el que destacó el aumento del empleo, y las prioridades asignadas por su Gobierno en el financiamiento de la educación, agricultura, vivienda, electricidad, lucha contra la pobreza.
Pero el balance debe hacerse desde una perspectiva cualitativa y no solo cuantitativa, ya que las encuestas determinan el respaldo de un 87 %, lo que muestra el respaldo de sectores que no votaron por Dilma.
La habilidad principal de Lula fue la de conducir una POLITICA DE ESTADO, en la que supo profundizar (en vez de anatemizar) los grandes logros de su predecesor Fernando Henrique Cardoso, y sumarle otros elementos de su propio programa.
Durante 8 años demostró la habilidad aprendida en su experiencia como sindicalista metalúrgico, que es la de saber negociar y de dialogar. Lo hizo con ricos y pobres; con partidarios y opositores; sin perder de perspectiva que estaba obligado a administrar un país con inmensos recursos y que el secreto estaba en aumentarlos, y no dilapidarlos en fundamentos ideológicos
Demostró ser un Presidente de izquierda democrática, que acelero la presencia internacional de Brasil, con sus logros y sus fracasos en la escena internacional. Tuvo la habilidad de no desmontar al Itamaraty. Gracias a ello, hoy Brasil esta más cerca de obtener el puesto permanente en el Consejo de Seguridad, y está permanentemente invitado a asistir a las reuniones del G 7; y al mismo tiempo al G 77; de formar parte del G-20 en la OMC y ser al mismo tiempo miembro del BRIC donde asume posiciones comunes con la China , India, y África del Sur
Pero también ha tenido reveses como por ejemplo la posición asumida en Honduras como consecuencia de su acción ideológica concertada con Chávez al darle asilo diplomático indebido a Zelaya; o el respaldo al Irán por los acuerdos con Turquía. Dilma ha tomado nota de lo bueno y lo malo. Y deberá definir su propio camino. Suerte, porque como dijo Kissinger “Hacia donde se incline Brasil, se inclinara el resto de América Latina”
