Imperialismo comunicacional en el eje bolivariano
La hegemonía comunicacional bolivariana parece no respetar fronteras. En la toma de posesión del presidente de Paraguay, se denunció que sólo la prensa oficial y la venezolana tuvieron acceso ilimitado a todos los actos. Además hubo periodistas agredidos por la guardia de Chávez, por lo que el futuro director de la Secretaría de Comunicación paraguayo, pidió disculpas y prometió mejor acceso de la prensa nacional.
Chávez y Correa atacaron a los medios, puntualizando lo nefasto de que estos estén en manos de grupos económicos. Correa aconsejó ponerle límites y señaló que su nueva Constitución prohíbe a los empresarios invertir en medios de comunicación. Chávez en relación al cierre de RCTV, afirmó que en Venezuela existe «una amplia democracia y una infinita libertad de expresión», no como en el imperio Por su parte, Evo que tildó a los medios de mentirosos.
Lugo, al parecer preocupado, dijo. «No tenemos nada que esconder» y por eso Paraguay no debe ser conocido más «como el país que esconde información».
Más allá de estos incidentes, Andrés Izarra, firmó la incorporación del Paraguay a Telesur.
Izarra es el divulgador del concepto de «hegemonía comunicacional, que en la práctica ha significado el masivo aumento de la presencia -directa e indirecta- del Estado en los medios, a fin de poder imponer los valores, principios e ideas socialistas.
En Venezuela el proyecto Ley Orgánica de las Telecomunicaciones, que no entró en el «Gacetazo» pero que se encuentra listo y redactado, en la Asamblea, explica en su preámbulo que ella «desarrolla un marco normativo propicio para la implantación de una economía social incluyente, productiva, socialista y humanista, al servicio de las personas, que deje de lado la ganancia y el lucro como móvil de la producción, incentivando la solidaridad y cooperación». Además aumenta las causales de decomiso y la revocatoria de la concesión, que se reduce en 10 años; además el Presidente podrá suspender las transmisiones de comunicaciones todo tipo ( incluyendo Internet y teléfonos) por seguridad de la nación, lo que contradice el artículo 337 de la Constitución.
El futuro de la libertad de expresión e información en el eje bolivariano, en vez de tender hacia su democratización, haciéndola accesible y plural en ideas y visiones tiende a ser disminuida, al procurarse la «hegemonía» del poder comunicacional en manos de un Estado centralista quien según sus ideólogos debe utilizarla para imponer su noción de socialismo del siglo XXI .