Historia de un frustrado magnicida
El 17 de abril 2009, la prensa boliviana encabezaba sus tapas con la desarticulación de un grupo de terroristas que pensaban hacer un magnicidio en Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más rica y moderna del país altiplánico
En Periodismo .Com ((%=Link(«http://www.periodismo.com/modules/news/article.php?storyid=9596″,»periodismo.com»)%)
) se leía, el 17 de abril, que “Los «terroristas» que planeaban asesinar al mandatario (Evo Morales) estarían vinculados con el atentado contra el cardenal Terrazas. La oposición calificó a la denuncia como un «burdo montaje» armado por el Gobierno”.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció el jueves 16 de abril que había sido desarticulado un atentado en su contra luego de un confuso episodio que incluyó operativos policiales, allanamientos y terroristas muertos y detenidos. Todo esto ocurrió un día después del ataque con dinamita contra la casa del cardenal Julio Terrazas, principal autoridad católica en el país del altiplano.
Desde Venezuela, donde asistía a la cumbre del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas), Morales señaló que «estaban planificando acribillarnos», en alusión a él, al vicepresidente y al ministro de la Presidencia. En tanto, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, líder de la oposición a Morales, denunció un «burdo montaje» armado por el Gobierno.
La prensa boliviana informaba que en la madrugada del jueves, las fuerzas de élite bolivianas habían dado muerte a tres presuntos delincuentes y habían detenido a otros dos; los cinco estaban relacionados con el atentado contra el cardenal Terrazas. No obstante, luego de una serie de allanamientos, se encontró un arsenal de armas de grueso calibre y explosivos en el pabellón que alquila la Cooperativa de Telecomunicaciones Cotas ubicado en la Feria Exposición de Santa Cruz.
En realidad los hechos son que en la madrugada del 16 de abril, las fuerzas de élite bolivianas, junto a miembros del ejercito venezolano y del G2 cubano, dieron muerte a tres `personas en un hotel céntrico de Santa Cruz. Los abatidos fueron el rumano Mayarosi Ariad, el irlandés Duayer Michel Martin y el boliviano-croata-judío, Jorge Hurtado Flores y hubo dos detenidos quienes serían un húngaro y un boliviano. ((%=Link(«http://www.clarin.com/diario/2009/04/17/elmundo/i-01899680.htm»,»clarin.com»)%)).
La reacción de los países que perdieron a sus súbditos en la refriega policial, no se hizo esperar. Éstos, sin esperar un informe detallado de la situación, ni saber realmente los pormenores del enfrentamiento, manifestaron sus dudas al gobierno de La Paz. Irlanda, Croacia y Hungría habrían manifestado que los “asesinados” eran solamente deportistas que se dedicaba a los juegos de guerra.
Este periodista pudo averiguar, con sus contactos en Europa y Argentina, que al menos uno de los muertos si era un espía profesional, y éste, había trabajado para las policías secretas de varios países europeos.
Según nuestro informante, él sabía que su ex amigo moriría de esa forma o en Venezuela o en Bolivia. Jorge Hurtado Flores, a los 16 y 17 años de edad fue traductor del terrorista Carlos Ilich Ramírez, actualmente condenado a pena perpetua en Francia, hermano del Ministro de Petróleo de Venezuela Rafael Ramírez, el hombre más poderoso en ese país después de Hugo Chávez. También, trabajó como informante y traductor de la policía de Hungría comunista. Fue uno de los últimos secretarios de la Juventud Comunista húngara, y con el cambio de régimen, dice mi informante, se dio totalmente vuelta la chaqueta y se acercó al Opus Dei en España, para quienes trabajó como periodista. Después se fue de corresponsal a la guerra de los Balcanes para un diario español ligado a la derecha de ese país. En Croacia se incorporó al Ejército y allí llegó a ser el comandante de la Legión Extranjera (la mayoría de juventudes neonazis en Europa), terminada la guerra, finalizó como coronel del Ejercito Croata (donde había terminado como oficial de Guardia Frontera; antes de eso, dice nuestro informante, quien además era muy allegado a su familia, “hubo un gran escándalo en la familia del cual yo fui partícipe cuando con su hermana encontramos un papel en uno de sus libros en donde enumeraba como a los 18 años de edad se había acostado con más de diez hombres diferentes; obviamente, allí descubrimos también que era homosexual.
Mi informante, sobre la vida de este terrorista dice: “Yo era, prácticamente, de esta familia judía-croata-boliviana y comunista aquí (en Budapest); allá en Bolivia, fueron vecinos del dictador H. Banzer y el papá fundó la Escuela de Arquitectura de Santa Cruz, participó con las armas en la mano en la Revolución de Paz Estensoro, emigró a Chile en tiempos de la UP arrancando de una dictadura en Bolivia, los recibió en Arica el senador comunista Volodia Teltelboim. A sus abuelos Rosenstein Obermayer, los mataron en Polonia en la II Guerra Mundial. Ayudó, también, a sobrevivientes de la guerrilla del Che a llegar a Chile”.
“Eduardo, vivió también en Israel, en un Kibutz, admiraba en su juventud a Stalin, su pieza estaba llena de fotos, estatuas de Stalin y el fundador de la Checa. En la entrada de su habitación decía: prohibido entrar a Trostkistas, Maoístas, etc… (Es decir, a todos los que él consideraba anticomunistas o traidores)”.
“En su edificio en la calle Ajtosi Dürer Nº.5 de Budapest vivían personalidades como, por ejemplo, el famoso pianista Mihály Becher, judío, profesor de la Academia de Música y el general ruso del cuerpo de ejercito de toda esta región. Nos visitábamos”.
“Esto último lo cuento para comprobarte que sobre «el muertito» sé mucho, o demasiado. Estoy seguro, segurísimo, que con justa razón se lo echaron”.
Bien, como se comprenderá, solamente con este retrato sobre quien fue uno de los terroristas abatidos, entregado por un hombre que fue su amigo y compañero de partido en su exilio en Budapest (y quien aún vive allí), podríamos concluir que el plan de efectuar un magnicidio en contra del Presidente de Bolivia Evo Morales no fue un montaje llevado a cabo por el gobierno de Bolivia. Sería interesante tener el perfil político y psicológico de los otros integrantes del grupo, tanto de los abatidos por las fuerzas policiales como de los que cayeron prisioneros, para establecer bajo las órdenes de quienes trabajaban. Es seguro que esta vez Evo Morales, ni su líder Hugo Chávez o Fidel Castro le podrán echar la culpa a la CIA norteamericana, o al gobierno de Barak Obama, toda vez que los implicados, de una u otra manera son europeos o, al menos, fueron, como el terrorista croata-boliviano-judío, de nuestra crónica, entrenados en Europa.
Referencias
(%=Link(«http://www.periodismo.com/modules/news/article.php?storyid=9596 «,»periodismo.com»)%)
tomado de Internet el 24 de abril 2009
(%=Link(«http://www.clarin.com/diario/2009/04/17/elmundo/i-01899680.htm «,»clarin.com»)%)
tomado de Internet el 24 de abril 2009
La Nación; Año XCIII-Nº 30599, p/15, 22 de abril 2009